"SI QUIERES CORRER CORRE UNA MILLA, PERO SI QUIERES VIVIR UNA EXPERIENCIA CORRE UN MARATÓN". Emil Zapotek. Éste fue un atleta checo especialista en pruebas de fondo. Alcanzó gran reconocimiento por sus victorias en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 y, especialmente, en los de Helsinki 1952. Yo no estaba ni en proyecto. De hecho, ni mis padres habían nacido. Simplemente, en los muchos ratos de navegación por internet, en los muchos ratos de búsqueda de automotivación, en los muchos ratos de búsqueda de información apareció esta frase motivacional y me gustó.
No despreciaría otras distancias inferiores a la maratón. Tampoco, quitaría mérito al que ve muy lejano correr sus primeros 10K o su primera media maratón. ¿Por qué? Porque yo también pasé por eso. Porque también me parecía muy lejano un 10K cuando empecé a correr. Mi primera media maratón, precisamente en San Sebastián 2017 también fue toda una experiencia, así que prepares lo que prepares, vívelo como una auténtica lección de aprendizaje.
Pocos días antes de mi participación en la maratón, escuché a Carles Castillejo, Campeón de España de 5.000, 10.000, media maratón y maratón, que a él le juzgarían y le valorarían por la marca que dejen sus atletas en la maratón de Valencia del próximo 4 de diciembre, pero que el estaba más que contento de que de sus 45 atletas que había preparado para la cita sólo uno se había lesionado. El resto habían llegado a la línea de salida. Y otra cosa que habrá que valorar es cuantos llegan a la línea de meta. Desde luego, cuanto valor le damos a la marca y que poquito al camino recorrido.
Este proceso de EXPERIENCIA, comienza mucho antes del "DÍA 1 DE ENTRENAMIENTO". Ya cuando estás valorando hacer una maratón y empiezas a ver distintas posibilidades, carreras, ciudades, logística, plazos de tiempo, recorrido, etc., ahí comienza la EXPERIENCIA. En mi caso, quizás lo tenía muy claro desde el verano pasado. Empezar el año con MARATÓN SEVILLA, cambiar en primavera a monte con la MARATÓN DE TOLOSA y finalizar el año con MARATÓN SAN SEBASTIÁN. Éste era el objetivo principal. Después había otro secundario que era bajar de 3 horas en maratón y de ahí buscar carreras llanas y masificadas para poder encontrar buen grupo y no tener que correr gran parte del recorrido sólo.
Salió la marca en Sevilla, 2h59'44". Contento. Muy satisfecho, pero creemos que la puedo rebajar más. Eso si, sobre el papel, que lo aguanta todo. La realidad es bien distinta y a los hechos me remito. Además, con la maratón no se juega. No te levantas un día y decides preparar una maratón o por lo menos yo no opino así. Que hay mucha gente que lo hace, no lo dudo, pero que deberían replantearse el procedimiento hasta conseguir ser finisher de una maratón, también.
Mi experiencia con la maratón de San Sebastián comienza allá por agosto. Unas 17-16 semanas antes para hacer un primer periodo a modo pre-temporada y después unas 12 semanas de trabajo más específico. Arrastraba unas molestias en la planta del pie desde las últimas semanas de preparación de la MARATÓN DE TOLOSA. Recuerdo a la semana ir con Asier y Pedro a Montejurra y en el descenso no poder casi ni apoyar el pie. Me había comprometido con mi primo Asier acompañarle en su primera media maratón de montaña en Etxarri, en la Triku Trail y ahí ya vi que aquellas molestias eran serias. Esto era finales de junio. En el mes de julio, nos dedicamos a la bici y la natación para preparar el triatlón del pueblo y cuando tocase correr pues ya veríamos que ocurría. Terminamos. Aquí hay otra historia interesante de ese día si quieres leerla.......jajjajjja. Lo que no me pase a mí.
Bueno, pues que llegó el "DÍA 1 DE ENTRENAMIENTO". Nos pilló en la semana de Fiestas Patronales de Falces y como acostumbro, a las 6:30 de la mañana, zapatillas y para el monte. ¿Sabéis lo que es no saber correr? ¿Tener la sensación de cojear muy mucho? Empezábamos bien. Tras más de un mes sin correr, las molestias no habían desaparecido. Esa semana salí a correr días alternos, mas por querer ir a ver el encierrillo del Pilón desde el monte, que por ganas de salir a correr.
Abortamos preparación. Volvimos a dejar dos semanas de descanso con visita al médico de cabecera incluida. Un mes para hacer una triste placa y 15 días más para tener resultado. Con una llamada telefónica me comunicó la médica que "No hay espolón". "Vale, bien. Gracias. ¿Y entonces que hay?" le pregunté. "No se.... Date una crema. Sigue con el hielo y la pelotica de tenis..... Vamos viendo......". Genial. Tras casi dos meses seguíamos estando igual.
Tras las fiestas de Peralta, decidí retomar los entrenamientos. Apenas nos quedaban 11 semanas de preparación. Para entonces, ya había cambiado el chip de bajar de las 3 hora. Íbamos a entrenar lo que pudiésemos, pero sin marcarnos ese objetivo tan ambicioso. Había que ser más realista y que el camino a recorrer fuese más motivante y no un suplicio por ver que no alcanzábamos el objetivo marcado.
Primeras dos semanas entrenando apenas 3 días a la semana. El primer test a falta de 8 semanas me dejó claro lo lejos que estaba de mi mejor estado de forma. Incluso les mandé a la organización un correo para cancelar la inscripción pero me la denegaron por no tener el seguro de cancelación contratado. Mis primeros minutos de entrenamiento eran como tener un clavo metido en el tobillo. El caso es que luego calentaba, desaparecía y podía sacar el entrenamiento adelante.
"Para más inri", llegó el 18 de octubre. CONVOCADA HUELGA POR LA NEGOCIACIÓN DEL CONVENIO DE GESTIÓN DEPORTIVA EN NAVARRA QUE AFECTARÁ A 2.000 TRABAJADORES DE INSTALACIONES DEPORTIVAS. No voy a entrar al detalle ni mucho menos. Secreto de sumario. Pero vaya telita lo que da de si una huelga indefinida. La cantidad de cosas que se aprende, para bien y para mal. No es una situación agradable para nadie, pero bueno, como intenté explicarle a mi hijo, que también ha llevado lo suyo, ésto nos está tocando vivir y con ello tenemos que convivir.
Pues nada. Que más tiempo para entrenar, pero también más tiempo para darle al coco. Acudir a reuniones, preparar manifestaciones, dar más explicaciones de la cuenta, etc, etc, etc. Más vale que el deporte es salud. Más vale que el deporte tiene beneficios físicos y mentales que te permiten llevar de mejor manera problemas a resolver en la vida. Y más vale que tenía OBJETIVO MARATÓN en la mente para evadirme en mi mundo durante 1h30-2h de entrenamiento, que no siempre lo conseguía. A día de hoy, 30 de Noviembre, seguimos de huelga indefinida. 44 días.
Fueron pasando las semanas, los entrenamientos y con ayuda de acupuntura de la osteópata Úrsula, fueron desapareciendo los dolores de tobillo y rodilla en las últimas semanas. No me lo creía ni yo que empezaba el entrenamiento y podía correr normalmente. Eso nos daba un poquito de esperanzas de llegar con garantías a la línea de salida de la maratón.
Llegó el "periodo tappering", periodo previo a una competición en el que se reduce la carga de entrenamiento para disminuir el estrés fisiológico y psicológico que produce el entrenamiento diario. Última tirada larga. Test Gavela, por cierto, Valencia con test favorable pinchazo, Sevilla sin test hicimos sub-3 y San Sebastián con test favorable, pinchazo también. ¿Lo soléis hacer? ¿Os fiais del test? ¿Es necesario? ¿Es fiable?....... Dejar algún comentario.
Última semana. Últimas series de 1000. Descarga de hidratos. Carga de los mismos a partir del jueves. Activación el sábado por la mañana. Todo listo. Incluso recibí un último consejo de la Campeona de España de maratón 2013, la tudelana Estela Navascués. Viendo las redes sociales, ella hizo una publicación de una marca comercial de geles. Yo tenía los mismo en mi mano preparándome todo lo necesario para la carrera. Le hice una foto, se la envié y enseguida me contestó. Gracias campeona.
Tocó viajar la tarde del sábado y es que "te obligan a hacerlo", ya que sólo se reparten los dorsales el día anterior a la prueba, ante lo cual, no nos queda otro remedio que ir el sábado. La carrera había cambiado respecto a años anteriores. Anteriormente, el centro neurálgico era la zona del Velódromo de Anoeta, pero esta vez todo se trasladaba al centro de la ciudad. Otro de los cambios es que no hubo carreras infantiles que la verdad que en el mini estadi las tenían muy bien organizadas. Como todo cambio, tiene sus pros y sus contras. Para la recogida de dorsal, las carreras infantiles y las duchas, me resultaba más cómodo la zona de Anoeta, además de tener el parking de Illumbe allí mismo, sin embargo, llevar el inicio y sobre todo el final a la recta del Boulevard no tubo nada que ver con la finalización en el mini estadi. Mucha más gente y más ambiente en esta edición.
Entramos en el Kursal. El ambientillo pre-carrera ya era palpable desde la entrada por el arco hinchable del patrocinador principal, Zurich. 10-21 y 42. Unos números de poliespan enormes para hacerte la foto con la distancia correspondiente. Nada más entrar el stand de Hanker. Aquí picamos unas mallas cortas y un cinturón. Echamos el ojo a otros stand y tras recoger el dorsal tocó inmortalizar en todos los photocall posibles el momento postureo que tanto nos gusta. Es parte de la experiencia maratoniana.
Ya que estábamos por allí, nos dimos un paseo familiar de noche por el Boulevard de San Sebastián llegando hasta los jardines frente al Ayuntamiento y visita a la Concha para ver el mar y la preciosa bahía de noches. Tocó volver a coger el coche y desplazarnos a Urnieta. Allí íbamos a hacer noche gracias a MARKELEKIN AURRERA. El año pasado nos tocó en un sorteo para recaudar fondos para la investigación de la enfermedad ultra rara GNAO1 una noche en el Hotel K10 de Urnieta y aún no lo habíamos aprovechado. Ésta era la mejor ocasión.
La cena previa a la cita la compartimos con buenos amigos. Precisamente con el equipo AURRERA MARKELEKIN. Los papás de Markel, los amigos Iñaki y Ainhoa y la pareja riojana Lorena y David. Un buen rato en la sociedad, pero con el objetivo del día siguiente muy presente, ya que Vicente e Iñaki corrían la media y David y yo corríamos la maratón. Antes de marcharnos pusimos la condición de la siguiente quedada. Bien con carrera en sábado o bien juntarnos sin carrera de por medio, que también se puede. Jijijijijij.
De regreso al hotel tocó dejarse preparado todo para no tener que pensar mucho de par de mañana. Ropa, zapatillas, reloj, geles, sales..... últimas publicaciones en las redes, contestación de últimos mensajes y a descansar lo que buena mente se iba a poder.
Piribiripiriiiiiiiiiiiiiiii...... arriba. Hoy puede ser un gran día. Duro con él. A las 6:30 de un domingo poner en pie a dos retoños de 5 y 10 años no fue tarea fácil , pero lo tenían asimilado porque para las 6:45 estábamos camino de Illumbe para aparcar el coche y coger el autobús lanzadera que nos llevaría hasta el centro de la ciudad. Nos despedimos. Ellos a buscar un bar para desayunar y yo a dejar la ropa de nuevo en el Kursal.
Salimos de allí y trotico suave por el Boulevard para que fuese calentando el cuerpo y si pudiera ser, que moviese un poco las tripas y quitar los nervios previos. La salida era cerca del Ayuntamiento. Los jardines nos sirvieron para terminar de calentar y en cuanto abrieron los cajones, para dentro donde vimos varias caras conocidas. Nos pusimos adelante y pudimos ver a los corredores élites a escasos 3 metros nuestros. Además, Abel Antón, embajador Zurich, atleta olímpico y bicampeón mundial de maratón se paseó dándonos la mano a los participantes que estábamos en primera fila. Bueno, al lío.
Detrás de Abel Antón y Rocío Cano aparece mi cabezica. |
Dieron la salida y he de reconocer que es uno de los momentos más estresantes que puedes vivir en una carrera. Una por una, había que intentar que no se liase mucho. Salimos de manera conjunta la maratón y la 21K. Enseguida me alcanzaron las liebres de 3h00 (1h30' para la media) y ahí fuimos haciendo un grupo bastante numeroso. No os podéis imaginar lo complejo y complicado que resulta correr ahí en medio. Concentración máxima. Hay zancadillas, codazos, empujones, todo ello sin ninguna mala intención, pero los hay. Avisos de conos, que no sabes ni donde están. Los bolardos verdes de carreteras son también un peligro. Cuando menos te lo esperas te avisan. Volteretas hubo también unas cuantas. Así que librar todo eso y no provocar tu ningún accidente suma más tensión si cabe al inicio de carrera.
La táctica la teníamos clara. Ir arropados y concentrados en el medio del grupo y que fuesen cayendo kilómetros poco a poco. Controlar mucho el pulso que no se nos disparase y si ocurría, dejarnos caer para atrás. No íbamos con garantías de bajar de tres horas, pero por otro lado en ese grupo creo que podíamos aguantar bastante tiempo de la carrera.
Fueron cayendo los primeros parciales cada 5 km y las liebres nos llevaban al ritmo marcado. Ni un segundo de margen. Clavaditos. Los pasos por el centro de la ciudad ponían a uno los pelos de punta. Prácticamente eran dos vueltas al mismo recorrido. Los momentos avituallamiento eran también muy caóticos con mesas sólo a un lado para tanta gente. Yo ya decidí en la maratón de Sevilla llevarme mi propia hidratación así se con lo que cuento y bebo cuando y como quiero. Hacia el km 20, casi media maratón, llegaba uno de los momentos más críticos. La división de la carrera. Durante todo el Puente de la Zurriola, numerosos voluntarios nos indican que a la derecha la media maratón y a la izquierda la maratón. Baile de corredores cruzándonos unos con otros. Buuuuuffff..... salvamos la situación y pensando que nos íbamos a quedar 4 gatos a la segunda vuelta, sorpresa para mí, nos fuimos bastantes corredores a por la maratón.
Aparezco, aparezco...... 4ª-5ª fila |
Sería el kilómetro 22 cuando una de las dos liebres de repente empezó a ceder metros. No se si pensado o no, pero hasta ahí duró su trabajo. El ritmo seguía siendo bueno. Nuevo parcial, el km 25 y seguíamos sobre la marca. Volvíamos hacia el centro y entró una nueva liebre. No se que pasaría con la que iba con nosotros, pero ya no estaba tirando del grupo. Tocaba controlar las emociones nuevamente por la cantidad de gente que había animando por el Paseo de la Concha y por las calles del centro. Yo me desojaba por buscar a mi familia para saludarles. A la altura del km30 le echaron el alto a la liebre, porque había acelerado un poquito la marcha, quizás también por lo que os digo, por la emoción de pasar por esos pasillos humanos que te animan y te gritan aunque no te conozcan de nada.
Salimos ya hacia la periferia. Hacia la zona de Anoeta. Recuerdo aquí la animación de un señor con unos cuernitos de diablo que estaba desde el inicio de la carrera por esa zona. Entramos a dar la vuelta a Anoeta y al mini estadio que hay a continuación y otro animador nos indica que nos encontramos en el kilómetro 33 de carrera. Tocaba sufrir. Tocaba empezar a ser cola de grupo y ver como nuestro pulso ya iba por encima de lo que debía. Empezaron las dudas entre seguir el ritmo de la liebre a falta de 9 kilómetros que era arriesgar demasiado porque ya se me había ido el grupo o bajar el pistón y llegar a meta, que no era poco. El parcial del 35 lo pasé también en tiempo, pero ya veía que me costaba mantener el ritmo. Me propuse no mirar el reloj porque ya no tenía sentido salvo para controlar el pulso.
Fueron cayendo los kilómetros acercándonos de nuevo hacia el centro de la capital guipuzcoana. Aquí ya iba corriendo más sólo que sólo. Si que es cierto que íbamos varios corredores en la misma dirección, pero cada uno como podía, sin ninguna organización. El que te pasaba aquí desaparecía en pocos metros. Al que le pasabas tú ocurría lo mismo pero hacia atrás. Algún que otro corredor tumbado o atendido por los sanitarios. Otros estirando con rampas musculares. Otros totalmente parados, imagino que pensando en la retirada y mi cabeza funcionando de maravilla. Mis piernas lentas, pero mi cabeza bien.
"Si hay gente que va a hacer 4 o 5 horas, como me voy a quejar yo de hacer poco más de tres horas..... Toda esa gente que hay en la cuneta será difícil que lleguen y yo voy a llegar..... Tienes 6 personas en meta esperándote que se han pegado un madrugón de la osti.... para verte. La lista de gente que se ha retirado en carrera o que no han llegado a la salida debe ser interminable.... Hace dos meses estaba fuera de la carrera incluso planteándome si prepararla o no y estás a escasos 4 kilómetros de acabar". Eran algunos de los comentarios que retumbaban en mi cabeza tratando de llegar al penúltimo punto que le había marcado a mi familia en el plano de la carrera que me podían ver antes de la llegada. Y ahí estaban. Choque de manos. Ahora sí porque ya no iba dentro de ningún grupo y me podía acercar a la zona de público. Corría hacia delante por inercia. Últimos kilómetros Remón. Vaaaaamos.
Pasamos el puente de la Zurriola, seguido el parcial del km 40 y aquí miré el reloj en un acto reflejo. Marcaba 2' por encima del tiempo necesario para bajar de 3h ..... ¿y? ¿qué más me daba eso?. 2 km y 195 metros para acabar. Primero alejándonos hacia el alto de Miracruz y finalmente toda la recta paralela al mar Cantábrico, similar a la llegada de la Behobia en la que se veían los arcos de meta al fondo, pero que quedaba todavía algo más de un kilómetro. "Disfruta, Álex. Disfruta de esta llegada que ya es tuya". Me dije a mi mismo.
Entré en la alfombra azul sin pensar en nada y en todo a la vez. Contento. Disfrutando. Y a escasos 5 metros de cruzar el final de carrera les oí a ellas. A mi madre, a mi mujer y a mi hija. Como un acto reflejo, me di media vuelta, paré y les di las gracias. "GRACIAS CHICAS". Gracias por el apoyo. Gracias por los ánimos. Gracias por el madrugón que se habían pegado. Gracias por dejar de hacer otras cosas para estar 3 horas dando vueltas por San Sebastián para verme en pasos intermedios. Gracias por apoyarme tanto. Gracias por permitirme disfrutar de estas locuras. Pregunté por los hombres y estaban un poco más adelante. Mi padre y mi hijo. Les repetí las mismas palabras. "GRACIAS CHICOS". Cogí la banderita del equipo que también me estuvieron apoyando en los últimos días y caminando, disfrutando del momento nos convertimos en FINISHER DE LA 44ª MARATÓN DE SAN SEBASTIAN. (03:03:20)
El post carrera fue más jodido de digerir. Una vez que paras de correr parece que ahí si que te cargan una mochila de 30 kilos encima. Yo creo que si al llegar al Boulevard me dicen que la meta está en el Kursal, hubiese llegado corriendo, pero una vez que paras, un pie le pide permiso al otro para avanzar. Conseguí llegar al Kursal, no sin dificultad, no por nada en concreto sino por el ritmo de caminar, modo tortuga.
Cogí la mochila, me senté en el suelo y dejé pasar el tiempo para que se recolocasen los músculos en su sitio porque si intentaba flexionar alguna articulación había amago de que se subiese cualquier músculo. Me salvaba ver a los de alrededor participantes igual que yo y poder reírnos unos de otros. No me atreví a que masajearan los mucho fisios que estaban allí, servicio adicional de la carrera. Costó pero pudimos cambiarnos de ropa y salir de la zona del guardaropa, eso si, sin ducha. "Las duchas están a 10' andando nos dijo una voluntaria". ¿Andando normal o andando en modo post-maratón?. Durante este periodo, mi familia aprovechó a comer por el casco viejo de San Sebastián. Yo ya les había avisado y lo tengo más que comprobado que mi estómago no tolera nada de alimento tras semejante esfuerzo. Así que esos que compartís las fotos comiendo en equipo, comiendo en sidrerías o de pintxos, os admiro.......jejjejjeje.
Modo tortuga, fuimos a juntarnos con toda la familia, darles nuevamente las gracias por todo el apoyo y tocó volver en autobús de línea hasta Illumbe, coger el coche y regresar a casa con la satisfacción de haber completado una nueva maratón. 3ª oficial en asfalto (Valencia '18, Sevilla '22 y San Sebastián '22). 4ª contando la "inventada de 2020" Maratón Camino Verde y 8ª si sumamos las 4 de montaña (Marimurumendi '18, Buts Arbizu-Pamplona '21, Valle de Tena '21 y Tolosaldeko 3 Tontorrak '22).
Ahora toca descansar. Desconectar y plantearnos un 2023 con algún otro reto personal.