miércoles, 3 de agosto de 2022

CRÓNICA TRIATLÓN DE PERALTA "DESDE DENTRO"

 "SI EL PLAN NO FUNCIONA, NO CAMBIES DE META. CAMBIA DE PLAN PARA ALCANZAR LA META". (Anónimo).

Pues eso tocó. Tocó cambiar de plan. Tocó cambiar el "chip" en medio de la carrera. Y gracias a un pinchazo de rueda, pude completar el triatlón de Peralta corriéndolo en familia. Corriéndolo con mi mujer. Corriéndolo con una campeona que lo que se propone, lo entrena y mira que mete horas de donde no hay y lo consigue. Consigue darnos un ejemplo a toda la familia.

Nos anunciaron el 9 de abril que se iba a celebrar el TRIATLÓN DE PERALTA después de dos años de suspensión por el Covid. 30 de julio era la fecha, así que al calendario para redondearlo en rojo. Me costó los primeros años decidirme a hacerlo, pero desde que lo probé siempre que he podido, he participado. Un triatlón muy popular, muy familiar, sin clasificaciones, sin premios. Ahí se ve que lo importante es PARTICIPAR. Unas distancias muy asequibles, pero que a la vez hay que tener un mínimo de preparación para afrontarlas. 500 metros de natación en piscina, 13 kilómetros de btt con unos 150 metros de desnivel y 3 kilómetros de carrera a pie. Si lo tuyo no es nadar, hay otra carrera paralela en la que hay que nadar 100 metros y el resto igual. Y la última de las oportunidades es realizarlo por relevos. Grupos de 3 y cada uno realiza un segmento. 



No había sido el año que mejor lo habíamos preparado, pero bueno. Participar íbamos a participar. Nadar pues en nuestra línea, un día a la semana en invierno y algo más éste último mes en la piscina exterior. La btt, únicamente este mes de julio un par de días por semana. Y correr 0, literal. 0 kilómetros corriendo desde que el día 26 de junio hiciese Trikutrail con mi primo. Arrastraba molestias en la planta y prefería descansar.

Para meternos más en faena y sentir que el triatlón de Peralta no sólo es la prueba, bajamos a comer a la piscina. Para entonces, el club organizador, el CLUB TRIATLÓN ATALAYA ya tenía todo preparado. Y es que la logística de un triatlón difiere mucho de cualquier otra prueba.

Las 10 corcheras para la piscina de 50 metros que tenemos en Peralta, preparadas. Los boxes para las transiciones totalmente vallados y los apoya bicis también colocados. Más apoya bicis montados para dejar tu bici mientras se realizan pruebas de otras categorías. Otro box más para la transición 2 de las categorías inferiores en la trasera de las gradas. Los conos ya colocados en el campo de fútbol donde se terminan las pruebas. El arco de meta hinchado también. Eso, 3-4 horas antes de comenzar las pruebas.

En cuanto abrieron inscripciones, uno de mis hijos que estaba loco por participar, aunque es el único triatlón que realiza, pero que no era la primera vez que participaba, me dice que quiere apuntarse ya. Pues aprovechando el momento, madre, padre e hijo a inscripciones. A marcarnos ya el dorsal en brazo y pierna y a recibir un detalle en forma de nueces y bidón de hidratación por parte del club, con inscripción, como siempre GRATUITA.



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A las 16:00, con puntualidad empezaron las categorías infantiles. La 2ª prueba era la de Unai. Pudimos seguirle en varios puntos. Disfrutó y mucho. Se dio un palizón enorme porque tuvo a un amigo tanto en el segmento de bici como en el de correr casi en paralelo. Como irían esos pequeños corazones. 

Pudimos ver el resto de pruebas, pero a la vez había que buscar la sombra porque hacía bastante calor. Pasando el control de material veíamos que había mucha gente. Mucha gente del pueblo y es que después de dos años, muchas personas se habían animado por primera vez. Genial.

Todo preparado en el box. Recorrido interiorizado, porque cuando sales del agua sólo ves bicis por todos lados y no sabes cual es la tuya. Tendremos que hacer más triatlones......jijijiij. Fuimos al agua. A la piscina. Y tras escuchar las últimas indicaciones de los jueces, se metieron al agua los de la distancia popular, los que debían nadar 100 metros.

Tras esperar al último participante en salir hacia la transición 1 nos tocó a nosotros. Yo busqué a Emilio, llevo varios años nadando a sus pies y se lo agradezco y mucho. Nos organizamos bastante bien en nuestra calle. Clave para nadar a gusto, a tu ritmo y sin molestar a nadie. En nuestra calle, Emilio, Alejandro y dos chicos forasteros, pero con un tiempo similar al nuestro en natación. Bocinazo y a nadar. Tiró Emilio los 500 metros. Gracias crack. Salimos en menos de 8' del agua. Mejor que nunca yo creo.

La transición 1 fue muy bien. No llevo calas. Zapatillas, gafas, casco y a empujar la bici. Salí al canal para montarme en la bici y a 500 metros, bajando el puente noté que la bici empezó a vibrar. "No puede ser". Pasé el puente y "phiiiiiiiiisssss". "No jodas. No puede ser"...... Era, era..... La bici pinchada. Había dos chavales del pueblo ahí. "¿No tendreís bici?". "No, pero tenemos cerveza". Cagüen sos, que faena.

Tras mi momento bajón y no poder hacer nada. Me cambió automáticamente el chip. Volví corriendo al polideportivo cruzándome con todo el mundo que ya estaba en el segundo segmento y contestándoles a sus preguntas de "¿qué ha pasado Álex?". Cerca del poli, pasó Ana, mi mujer. "Vamos Campeona". 

Llegué al polideportivo. Les avisé a los jueces de que había pinchado y de que iba a coger otra bici, la de mi hijo, porque claro, ¿Quién me iba a dejar una bici de mi talla si estaban todas en carrera?. Competir la prueba ya no la podía competir por el tiempo que había perdido a parte de llevar una bici más pequeña y decidí alcanzar a mi mujer y hacer el resto de prueba con ella. 

Le alcancé en la primera subida fuerte y sus palabras fueron, "hemos pensado lo mismo, cuando te he visto que te volvías he pensado que ibas a coger otra bici y que ibas a venir conmigo". jijijijij...... pues sí. Bueno, pues que fuimos de maravilla. Nos adelantó gente en bici y echamos unas risas con ellos. Emilio, Alfredo, David..... y a la altura de "las ESES" ya nos colocamos cerrando el grupo con David y otro miembro del Atalaya como "CIERRE DE CARRERA". Fuimos completando el recorrido y para nuestra sorpresa, en los dos últimos kilómetros veíamos a Emilio, Alfredo y Noe en bici. Ana se emocionó de que les íbamos a alcanzar, pero ya le dije "no te cebes por alcanzarles que nos queda correr". jejjjejjej.

Llegamos a la transición todos juntos, pero claramente, en el segmento de correr se iban a ir para adelante. Nosotros a lo nuestro. 3 kilómetros por delante realizando 3 vueltas de 1 kilómetro pasando por el interior del polideportivo y recibiendo ánimos y apoyos de la gente.





Pues nada, que completamos las tres vueltas. Que les fuimos dando las gracias a los voluntarios que estaban por el canal y por la parte de correr y también a David y su compañero por acompañarnos en bici e incluso hacernos fotos mientras corríamos. Nos quedaba hacer los últimos metros por el campo de fútbol y a nuestro encuentro vinieron nuestros dos hijos y varios amigos de ellos. ¿Qué más se podía pedir para acabar una carrera?. Nada más. Gracias al pinchazo, pudimos vivir y poder contar una carrera diferente a la planeada inicialmente.

Al cruzar la meta, un regalo de Maite, Concejala de Comercio, que por lo visto había habido sorteo de regalos entre los participantes y le tocó a Ana un "SMARTBOX" que aprovecharemos gustosamente.

La tarde dio para comentar la jugada entre los amigos que quedaban por la piscina. Refrescarnos con sandía, melón agua y cocacola del avituallamiento de meta y dar las gracias por habernos dejado ser, una vez más, TRAITLETAS POR UN DÍA. 




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