viernes, 29 de diciembre de 2023
CRÓNICA VUELTA AL CERRAO "DESDE EL MICRO"
jueves, 28 de diciembre de 2023
CRÓNICA CARRERA NAVIDAD DENOMINACIONES MENDAVIA "DESDE DENTRO"
viernes, 22 de diciembre de 2023
CRÓNICA CARRERA NAVIDAD MARCILLA "DESDE EL MICRO"
Volvimos a Marcilla. Volvimos al pueblo vecino a escasos 5 kilómetros de casa. Volvimos para locutar la prueba clásica por estas fechas de la CARRERA DE NAVIDAD de Marcilla. Escribo, volvimos, porque en abril tuvimos la oportunidad de poner nuestro granito de arena en la celebración de la I Rabiosa Race, carrera de obstáculos que se celebró en la localidad y que además, para 2024 ya tienen las inscripciones abiertas. Esta vez será en mayo.
Hace ilusión cuando una nueva prueba se interesa y pone la confianza en tí para que te encargues de llevar el guión y los tiempos de la prueba. Merche se puso en contacto conmigo ya hace tiempo y le agradezco esta confianza.
La prueba consistía en dos carreras paralelas. Una de poquito más de 5 kilómetros y otra de casi 10,5 kilómetros en la cual había que dar dos vueltas al recorrido. Un cambio que se producía de ediciones anteriores en la distancia de 10K.
Esta prueba yo ya la había corrido en varias ocasiones. Recuerdo la vuelta larga que te sacaban por la calle nueva hacia los campos, pasabas por ganaderías de reses bravas de Marcilla, por la zona del motarrón, por la zona deportiva, incluso atravesabas por debajo la AP-15 para regresar al pueblo por la larga avenida que lleva a la zona deportiva.
En una edición, creo que debido a una riada, si que nos cambiaron la prueba y dimos dos vueltas. No recuerdo, pero quizás fuera por el recorrido de esta edición 2023.
La cosa que para esta edición, desde la organización habían apostado por dos vueltas más cortas donde el público de la plaza pudiese ver el desarrollo de la prueba a diferencia de otros años que sólo veían la salida y la llegada.
A primera hora de la tarde del sábado 16 de diciembre nos presentamos frente al Castillo de Marcilla. Para entonces, Javier y Sheila, cronometradores, ya estaban con todo su montante. Merche andaba por la zona de dorsales y yo, una vez ubicada la zona comencé a montar también todo lo que correspondía. Megafonía, carpa, mesas...
Enseguida aparecieron caras conocidas con las que compartir una pequeña conversación entre información e información y previa de las categorías inferiores porque a las 15:30 teníamos eso, las pruebas para los más pequeños. Todas ellas desarrolladas alrededor del Castillo- Palacio de Marcilla.
Las pruebas se desarrollaron seguidas. Unas con más participación y como en casi todas las pruebas que frecuento, a medida que van creciendo, van desapareciendo de los eventos populares.
A las 16:30 íbamos a lanzar la carrera absoluta, pero minutos antes, llegó el "momento emotivo". Desde la organización de la Carrera de Navidad quisieron tener un detalle y una memoria con el compañero-amigo del Club de Atletismo Peña Azgresa, Víctor Sánchez, recientemente fallecido. Esther Villanueva, Alcaldesa de Marcilla le hizo entrega a su hermano un ramo de flores y guardamos un respetuoso minuto de silencio.
Bufff... costó sacar palabras en ese momento, más aún cuando en primera fila de corredores se encontraban varios integrantes del club Peña Azagresa y te vienen a la memoria varias carreras en las que hemos podido coincidir con él.
Tocaba mandar a los corredores a darse una vueltica por los aledaños de Marcilla. Dimos una única salida conjunta para ambas distancias y como la prueba corta eran 5 kilómetros, avisamos al público que no se fuesen muy lejos que en poco más de 15 minutos estarían ya en meta.
No nos fuimos mucho de hora. 16'47 marcó Hector Miguel Fuertes en meta. Seguido de él vimos pasar al líder del recorrido largo, Roberto Carlos Trejo, que debía dar otra vuelta y a partir de aquí se nos mezclaba bajo el arco de meta corredores que terminaban su prueba, con otros que debían dar la segunda de las vueltas.
Lorena Herrera cruzó la meta primera en la distancia popular de 5K, mientras que Roberto Carlos Trejo, que dominó de principio a fin y Maria Ángeles Suescun se hacían con esta nueva edición en el recorrido de 10,5K.
- CLASIFICACIÓN ABSOLUTA. 10,5K
Una vez finalizada la prueba, no hubo que esperar mucho para hacer la entrega de premios y prácticamente los dimos seguido a la finalización de la parte deportiva, así como varios sorteos de los colaboradores.
A continuación, los participantes pudieron alargar un poco más la estancia con un lunch donde reunirse y volver a rememorar los mejores momentos de la carrera. Nosotros no pudimos acudir, bueno, si lo hicimos, pero como debíamos recoger todo lo montado, para cuando fuimos, si que había para reponer fuerzas, pero ya no quedaban corredores.
Lo que si que pudimos disfrutar fue de los actos organizados en Marcilla para recibir y comenzar la Navidad como fue el alumbrado navideño, el lanzamiento de fuegos artificiales y farolillos o un concierto en la plaza, así que la tarde fue de lo más entretenida.
Una más para contar y una más para coleccionar.
martes, 12 de diciembre de 2023
CRÓNICA MARATÓN VALENCIA "DESDE DENTRO"
Ha pasado algo más de una semana desde mi MEJOR MARCA PERSONAL en maratón. 2:58:00. Para muchas personas, podría acabar aquí el resumen de la maratón. Una marca. Un tiempo. Un dato. Por suerte, yo valoro muchísimo el camino recorrido hasta llegar aquí. Valoro muchísimo quien me ha acompañado hasta llegar aquí. Así que el dos cincuenta y ocho es una consecuencia de todo lo demás.
4ª maratón oficial de asfalto a la que nos enfrentábamos. 5a porque cuento una más no oficial que "nos inventamos" en periodo post pandemia y que precisamente, Javier, uno de los tres que la corrimos y que es vecino de Pamplona, al coincidir con él en otro evento también me dijo que el la suma, porque verdaderamente la preparamos, la corrimos y la disfrutamos. Maratones de montaña también nos hemos enfrentado a otras 4, pero nos las tomamos muy diferente a ésto.
La cosa estaba clara. Quería bajar mi marca conseguida en Sevilla '22 que fue de 2h59'44. Lo intenté en San Sebastián '22, pero ya empezamos muy mal la preparación y sólo pudimos entrenar 8 semanas, con lo cual, el objetivo fue coger experiencia en correr otra maratón y se nos fue el tiempo a 3h03', que no está nada mal. Así que, no quedaba más remedio que repetir Valencia y en 2023 centrarnos sólo en una maratón. Ni hacer dos, ni meter montaña, ni nada de eso. Centraditos en Valencia.
Primer día de inscripciones y lo recuerdo perfectamente. En la sala de espera del médico con el ordenador encendido, esperando a que diese la hora para apuntarme. Un año vista por delante, casi nada.
La primera parte del año, mi objetivo fue preparar una media maratón. Decidí la de Azkoitia- Azpeitia y como preparación a ella metimos los 10K de Rincón de Soto y la Carrera Popular Virgen de la Paz de Cintruenigo. Con el salto cualitativo que hemos dado con el micrófono, nos resulta complicado ya competir en las pruebas, así que ya no disputé ninguna más.
Si que en verano participé en la carrera Solidaria de Ziordia y los 10K del Soto de Azagra, pero mucho más relajado.
Otro de los objetivos que quería conseguir en Valencia, era el de terminar la maratón corriendo más rápido que lo que había empezada. Hasta ahora en las anteriores no lo había experimentado.
En agosto nos pusimos en manos de Adrián Servet, entrenador del Hiru Herri. Tras un par de conversaciones mandó el primer planning de entrenamientos. Nos pilló en la semana de fiestas de Falces, pero eso no iba a ser impedimento para comenzar con ello. Tenía muy claro lo que quería.
La preparación salieron 17 semanas en la que la gran mayoría de semanas entrené 6 días. Algunos entrenamientos al principio metía de bici, pero el resto todo correr, con volúmenes semanales de entre 90-100 kilómetros, incluso alguna semana saltamos la barrerra de los 100K con gran sorpresa para mi porque llegaba al sexto día de entrenamiento y no me encontraba ni cansado, ni dolorido, con lo cual podía disfrutar y mucho de la preparación. Con sus madrugones, sus días de frio y lluvia. Los de aire. Los de calor. Los de sin ganas. Los de 24- 26 ó 28 kilómetros en solitario. Podré contar con los dedos de una mano los entrenamientos que he realizado acompañado de alguien. Pero siempre con ganas, ilusión y motivación. Unos 1500 kilómetros recorridos de agosto hasta aquí.
El cross de Eugi y el Memorial Josetxo Imaz de Beasain fueron mis dos únicos dorsales en la preparación. Me hubiera gustado meter una media maratón, pero resultó imposible cuadrarla con mi apretadísima agenda. No me importó. Entrenar y entrenar. Listo.
Llegó el "tapering" o "puesta a punto". Periodo previo a una competición donde se disminuye la carga de entrenamiento y con ello, llegaron los "fantasmas", los "miedos", "los dolores invisibles", "las paranoias", las "dudas", ... que semana y media más asquerosa. Parece que te va a pasar todo a ti. Me embadurnaba en "trombocid" porque parecía que me dolía algo. En las escaleras me parecía que me iba a caer. En los entrenamientos que me iba a romper. Por dios, no quería mas que que pasase esa semana.
Durante esa semana previa también la "descarga" y "carga de hidratos", además de una buena hidratación. Todo acompañado de buenos hábitos saludables durante la preparación, sino nada de esto tiene sentido, salvo el efecto placebo que te da el hacer las cosas "porque lo pone en las guías de maratonianos" sin haberlo puesto en tu hoja de ruta desde el primer día de preparación.
Maletas. Viaje y para Valencia. Yo con mi familia. De momento no concibo otra cosa para este tipo de retos. Viajamos en viernes por la tarde. Viaje cómodo, rapidito y para las 19:30 en la puerta del apartamento. Una pequeña vuelta por el barrio para situarnos y a descansar.
Por la mañana, temprano. La activación. Esos 25' con sus rectas que también entra dentro del planning y que ya uno no sabe si debe hacer o no, si es mejor descansar y fuera, pero bueno, lo hicimos y además nos dio para hacer parte del recorrido donde nuestra familia iba a ver la carrera, así que perfecto para poder situarles.
"Hala familia, a por el dorsal". Impresionante feria del corredor. Y es que, recibir a 33.000 personas (+ acompañantes) requiere de un lugar como el que habilitaron este año. Un pabellón enorme lleno de Stand en el que estuvimos más de dos horas por allí.
Regreso al apartamento. Mini siesta y a disfrutar de la pasarela sobre los lagos artificiales de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Impresionaba el montaje. La ubicación había cambiado ligeramente desde la anterior maratón que corrí en Valencia 2018, pero seguía siendo espectacular. Fotos y foticos que al día siguiente no íbamos a poder tener allí.
Antes de cenar, a preparar todo. Equipación. Dorsal. Geles, sales, agua. Pulsera. Estaba todo controlado. Que bien. Venga pues a cenar y a descansar.
A las 5:15 sonó el despertador. Arriba. Había llegado el día. El día de disfrutar de una gran maratón. Nos acercamos a la salida en taxi. Nos pillaba un poquito lejos la zona. Con tiempo. A esta carrera había que ir con tiempo a todos los sitios. La experiencia es un grado. Me acerqué al guardaropas, lo ubicamos y me fui a la zona de salida para ver si me podía hacer una foto en el arco. Estaba todo ya vallado, así que tuvo que ser desde más lejos.
De nuevo al guardaropas. Abrían a las 6:45. Yo creo que dejaría mi mochila sobre las 7:00. Y me fui hacia mi cajón de salida. Había un buen tramo andando y la colocación es estos cajones tan numerosos es muy importante. Me aseguré de mi cajón y me resguardé de la frescura en un bar hasta que salí a trotar un poco por la zona. Allí, caras conocidas como Rubén o Iñaki. Enseguida entré en el cajón, desojándome por ver las banderolas de los Prácticos Sub-3h.
Lo ví. Me moví para pegarme a él y de paso preguntarle que intención llevaban, porque hay liebres de todos tipos. Ganan tiempo al principio. Reservan para el final. Regulan muy bien. No es tarea fácil la de estas personas.
Bueno, que se iba acercando el tiempo. Que el gran Joxe Speaker estaba ya presentando a la élite de la carrera y que los lanzaba a la carrera. 8:15 de la mañana y nos movíamos para adelante. Yo salía a las 8:25, pero mi cajón iba avanzando. Arenga impresionante. De las de nudo en la garganta y pulsaciones a mil estando en parado. Sonó el libre de Nino Bravo y... al lío. Estábamos ya cruzando el Puente de Monteolivete. Locura total. No liarla en la salida, esa era la primera opción. Correr en el grupo de sub-3h siempre es un grupo muy numeroso y ahí no dependes sólo de tí, hay mucha gente alrededor que hay que controlar.
Pues modo "martillo pilón" activado. Controlando la localización de las liebres, pero dejándonos caer unas posiciones hacia atrás por evitar ir muy pegados a ellos, cayeron los dos primeros parciales, los del kilómetro 5 y 10 y como si de un reloj se tratase, clavaron los tiempos. Era esa la idea. Arropadito en ese grupo, que fueran cayendo kilómetros y kilómetros sin desgastarnos mucho.
El ambiente era espectacular. La animación impresionante, pero dentro del grupo había mucha tensión, sobre todo en los avituallamientos y eso que lo bueno de esta maratón es que eran muy largos. Yo otra de las cosas que hago es que corro con mi bidón y así me evito coger agua en todos los avituallamientos, bebo cuando yo lo tengo programado y no cuando la organización me lo programa y me evito salirme del recorrido, eso sí, un par de veces en carrera mínimo tengo que recargármelo.
Vi a mi familia en el km 15, delante de Mestalla, justo donde mi hijo mayor quería estar. Subidón. En el kilómetro 18 empecé a correr poco más o menos con las mismas personas a mi lado. Ya no había tanta gente corriendo con el objetivo sub-3h.Hasta entonces era una locura, pero a estas alturas de carrera, ya mucha gente había desaparecido. Pasamos la media en 1h29'22. Clavadito. Estas liebres no llevaban margen, iban sobre el tiempo.
Por el km 25 iba a estar mi familia de nuevo. Mano arriba para saludarles y a seguir. Que chute de moral. Nos acercábamos al centro. Más animación si cabe. En el km 32 saltó una alarma en mi cuerpo. De repente el "demonio" de mi cabeza se despertó y me pidió que tirase para adelante. Que dejase las liebres y me fuese despacio para adelante. Suerte, que el "ángel" también se espabiló y me retuvo. Me dijo que como habíamos acordado con el míster, hasta el km 35 o 36, quieto parao.
En el km33 me desojé para ver a Contador de Kilómetros. Otro gran Speaker. Le oía, animó a los Prácticos, yo iba metido entre ellos ya, pero a éste crack del micro no le vi por ningún lado. Llegamos a la zona del Biopark y que bonitos recuerdos de las vacaciones anteriores.
Km 35. Miré el parcial. 2h28'38. 40" de margen para hacer 2h59'59. De echo, uno de los Prácticos nos lo cantó y además nos avisó que si alguien se veía fuerte era momento de tirar. Yo me encontraba muy bien. Había llegado muy entero a esa parte. También es cierto que aquí te las das de listo y puedes pinchar 500 metros más adelante, pero mis sensaciones nada tenían que ver con las anteriores maratones donde a estas alturas ya se me iba haciendo bola la distancia.
Me puse por delante de las liebres. Siempre con cabeza. Ganando metros muy poquito a poco. Mi cabeza estaba en el km 36. A partir de aquí sólo me quedaba "una vuelta al canal". Es una técnica muy personal de nuestro lugar de entrenamiento. "El Canal" es una vuelta que tenemos entre Peralta y Funes de 6.640 metros donde entrenamos muchísimo. Mi técnica no es otra que cuando preparo una maratón a cada kilómetro le pongo el valor numérico de los últimos kilómetros de la maratón, así pues a medida que cubro kilómetros entrenando mi cabeza piensa que estoy en esos kilómetros de la maratón y cuando estoy en la maratón pienso en esos kilómetros de la "vuelta al canal". Me funciona.
Pasé el km 38. Iba muy cómodo y mi ritmo ya era más rápido que en los anteriores kilómetros. Último avituallamiento, último gel. Entró bien una vez más y ya iban 5 geles en carrera y 11 tragos de agua. Todos medidos cada 15'. Modo "no pienses sólo correr" activado. Aquí la gente "te lleva en volandas" siempre y cuando puedas ir en volandas. A mí en 2018 no me llevó nadie. A la gran cantidad de gente que adelantaba, unos decentes, pero otros muchos con calambres o dando tumbos, tampoco les llevaban en volandas. Yo si. Yo iba en una nube. La Ciudad de las Artes y de las Ciencias al fondo. Ver el kilómetro 40 y no mirar el parcial porque veía que iba muy bien fue brutal. Fogonazo al ver a mi familia entre el pasillo humano de gente que cubría ambos lados de los últimos kilómetros.
Impresionante ver los carteles que me indicaban 900, 800, 700... y yo dándolo todo. Y esa bajadita favorable hacia la pasarela, que gozada. Sabía que bajaba de las 3 horas, pero lo mejor era que acababa corriendo más rápido que al principio, que había sabido ser paciente, reservarme, guardar fuerzas y darlo todo al final. Impresionante.
Tras cruzar la meta, un sin fin de emociones. Agradecimiento a los prácticos que llegaron un poco más tarde. Alguna foto desde móviles que desconocía, pero que a través de las redes sociales me las hacían llegar al instante. Iñaki, amigo del Iranzu, hablando conmigo. Saludamos a gente del Hiru Herri y que además nos dicen que han batido el récord Máster-65 de España. Abrazo con Juanjo Vizcay y enhorabuena, por supuesto. Más fotos con la medalla antes de pasar por la grabación y ahí, boooooom, sorpresa... TIEMPO OFICIAL: 2:58:00.
Tras recoger mochila y cambiarnos de ropa, a buscar a la familia. Unos auténticos campeones por como se habían movido hasta en cuatro ocasiones por ver a su papá y marido además de la mucha, muchísima paciencia, ayuda y colaboración que han tenido para que yo cumpliera mi reto personal.
A partir de aquí, el día fue para ellos. Mientras yo me tomaba una Coca Cola con mucho hielo, ellos disfrutaban de una pedazo hamburguesa casera en un bar cercano a los jardines del Turia. Pintaza, pero mi estómago no lo iba a tolerar. Lo justo una manzanilla caliente me pude tomar mientras ellos saboreaban el postre y mientras seguíamos viendo pasar gente hacia línea de meta. Especial ilusión ver a SpiderAbel con una asociación tirando nuevamente de los carritos y que además me dijo que era su maratón número 100. Que gran corazón el de este chico.
Seguido, a escasos 200 metros, uno de los parques que más se acuerdan mis hijos y que era visita obligada. Parque Gullivert. Una enorme figura de Gullivert, llena de toboganes que salen desde su cuerpo y que es una auténtica gozada. Más aún, si estás recién acabado de una maratón pero tus hijos quieren que te tires con ellos. Pues hombre, con todo lo que llevan encima, como para decirles que no. ¿Ya descansaremos a la noche o qué?
Ese parque cierra pronto, a media tarde. Así que paseo por los Jardines del Turia. Entre parque, paseo, estanque, túnel, puente... pues que llegamos a la Torre de los Serrano, antigua entrada a la Ciudad de Valencia. De ahí a buscar un bar y caímos en uno que no podía tener más cervezas de importación, así que probamos dos con el estómago vacío y casi, casi "piripi" en taxi al apartamento.
Al día siguiente, visita a la playa de la Malvarosa. Sin traje de baño, pero que nos hicimos un concurso familiar de recoger la concha más pequeña, la más bonita y la más grande y entre busca y rebusca, cambia unas por otras y espera que hay que buscar más, nos dio la hora de comer una gran paella valenciana en un bar allí mismo, a orillas de la playa y con vistas al Mar Mediterráneo.
Esta vez, la estancia fue más corta que en 2018. Por aquél entonces visitamos Biopark, Oceanografic, todo el centro de Valencia e incluso la Albufera, pero esta vez, el premio gordo para los hijos y también para nosotros como padres, fue un gran desvío hacia la capital del país para disfrutar de dos días en el Parque Warner. Sorpresa no, sorpresón para los hijos.
Yo felíz. Yo contento. Yo les pido día y medio para mí. El de antes de la carrera y la mañana de la maratón y el resto de días son para ellos. Más no puedo pedir. Si además, la carrera ha salido como esperabas esta colección de instantes va a ser difícil que se nos borre nunca jamás en la vida.