viernes, 6 de marzo de 2020

CRÓNICA MEDIA MARATÓN DEL CAMINO "DESDE DENTRO"


"No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino". Y así tuvo que ser. Ajustar las velas, darle vuelta a la tortilla, buscar una motivación externa para afrontar la Media Maratón del Camino el pasado 1 de marzo con salida en la localidad riojana de Nájera y llegada en Santo Domingo de la Calzada.

Los días previos, visualizando la climatología, no podían dar más rachas de aire por la zona en la que íbamos a correr. Durante el viaje, no parecía que iba a ser así, hasta que pasamos la capital riojana, Logroño. Aquí ya le dieron al botón y Eolo hizo de las suyas.

Recogida de dorsal en Santo Domingo de la Calzada y vuelta hasta Nájera para tomar la salida. Cierto es que la organización habilitaba autobuses para el traslado, pero mi afición iba a colocarse en un punto intermedio por donde íbamos a pasar casi al principio de la carrera.






Poquitas caras conocidas en la salida. No es un lugar donde corra habitualmente. Calentando, ya se sufría las rachas de viento. Había que pensar en hacer un buen entrenamiento de cara a la maratón de abril y buscar correr por pulsaciones. Más aún, siendo una carrera con varios "toboganes" e incluso una buena subida casi a mitad de carrera.

Nos dan la salida y el primer kilómetro es en subida, pega el aire en contra así que mucha calma. Hay que ir cogiendo posiciones y a ver si nos podemos asociar con algún grupo. Coronamos y se acabó la vegetación. Un poco de pista asfaltada, mucho camino y formamos un grupo de unas 10 personas. Organización poca dentro del grupo. Apenas tirábamos cuatro personas. Invitábamos a que fueran pasando y saltó el comentario "se va mejor atrás", "hombre, ya sabemos, entonces nos ponemos todos atrás,no?". Fueron cayendo los primeros kilómetros hasta alcanzar la primera localidad. Azofra. Aquí, debía estar sonando el tambor que me indica que los tengo ahí siempre, que me animan, me apoyan y me hacen disfrutar. Salimos de la localidad y claro que sí, ahí estaba, uno dándole al tambor, otra aplaudiendo y la mamá gritando. Choque de manos y a seguir.

Dentro del grupo, seguíamos prácticamente los mismo. Resultaba incómodo correr. Algún que otro toque en los pies. Algún que otro codazo. Y hasta una caída en medio del grupo. Todo ello fruto de las rachas que nos golpeaban y nos hacían perder el equilibrio.



Kilómetro 10, 45'. Al fondo ya se va viendo esa larga subida que tanto me había recordado el "presi" del club. Fue en el kilómetro 12 cuando comenzamos a subir y aquí ya se deshizo el grupo. Yo puse mi ritmo y pude mantenerme junto a otro corredor. Pronto empezamos a hablar y él ya se conocía el recorrido. Le agradezco que me fuese informando de todo. Coronamos peleando contra el viento, bajando muchísimo nuestro ritmo y llegando hasta el Rioja Alta Golf Club en Cirueña, localidad que también pasamos pero por las afueras.



Volvimos a coger camino y nos esperaba otra subida. Para entonces, ya nos habíamos asociado 4 personas. También en este tramo empezamos a coger personas de la marcha y de la 10km que habían salido desde el mismo club de golf.  

Una fuerte bajada, totalmente recta y que nos ofrecía ver la torre de la catedral de Santo Domingo nos permitía recuperarnos un poco, pero aún así, el aire,  no nos dejaba correr. En condiciones normales, esa cuesta hubiese permitido correr a ritmos muy rápidos, pero esta vez se hacía imposible. Apenas 4 kilómetros para llegar a meta. Mi cabeza visualizaba los kilómetros pero ya los contaba en distancia maratón, el km 16 era el 37, el 17 fue el 38, 18-39, 19-40, 20-41, 21-42.... ahí estaba la motivación externa.

Aumentamos el ritmo al entrar en Santo Domingo, atravesamos toda su calle mayor adelantando a mucha gente, todos de la marcha o de la distancia corta y bordeando la catedral nos presentamos en la misma Plaza de España para afrontar los últimos metros de carrera. "Finisher" Media Maratón del Camino y que mejor manera que hacerlo que rodeado de mis más fieles seguidores.



Tras la carrera. Nuevamente la organización habilitaba autobuses para acercarnos al polideportivo, ya que estaba un poco lejos de la llegada. Un "vinico" en la feria del vino que organizan el mismo día y el "preñao" (boyo de pan con chorizo) para los hijos.

Por la tarde, ya que estábamos por la zona, un poco de turismo por la misma localidad y también un ratillo visitando otra localidad cercana, Ezcaray.

En lo personal, pues más que contento por el esfuerzo y el trabajo mental que tuvimos que hacer para afrontar una carrera con 21 kilómetro en contra del aire y con semejantes rachas. Tardé 01:35:36 en unir las dos localidades riojanas, entrando en la posición 28 de la general y 8º de la categoría VETERANO A.




Seguimos con la preparación, este mes nos toca seguir jugando para "línea", antes de jugar para "bingo" en abril, si el vendito coronavirus nos lo permite, porque ya se oye que van suspendiendo eventos deportivos masificados.