Una nueva carrera de obstáculos se llevó a cabo en Santacara el pasado sábado 19 de octubre por la mañana. Estas carreras, además de la competitividad de la categoría élite, se caracterizan por el buen ambiente, las ganas de disfrutar, de pasarlo bien, de trabajar en equipo, de ayudarse y de reír. ¡Vamos, una auténtica fiesta!
A finales del curso pasado, en una de las actividades que imparto en el Complejo Deportivo de Peralta, les comentamos la posibilidad de participar en esta carrera de obstáculos. Aprovechando la situación y teniendo a un alumno afincado en Peralta, pero muy ligado a Santacara, les propusimos la típica de... ¿Preparamos comida ese día en tu sociedad de Santacara y además participamos en la carrera?
No tardaron en salir participantes que se animaron a inscribirse y mucho menos, alumnos y alumnas que se prestaron voluntarios a animar desde las vallas a los compañeros y compañeras, pero después, a comer sí. Faltaría más.
La carrera tenía muy buena pinta, especialmente considerando la gran experiencia que Progesport aporta a este tipo de eventos, organizadores de Gladiators Day y con numerosos eventos deportivos a sus espaldas. El Ayuntamiento de Santacara también se encargó de preparar un gran evento y un recorrido que puso a prueba a los 350 participantes de esta primera edición.
Fueron 5 kilómetros con 25 obstáculos que llevaron a los participantes a la Conquista de la Torre de Santacara. Antes de llegar a lo alto de la localidad, superaron obstáculos como muros, porteos, escaleras, reptas, pozas, bolas atlas, suspensión y un sinfín de pruebas. Una vez conquistada la Torre, descendieron al pueblo, encontrándose con más obstáculos, como el volteo de ruedas, una suspensión baja y, para rematar la mañana en la Plaza Nueva de Santacara, el combo final, que incluía trepa de cuerda, porteo de saco. , pies juntos, Pedro Luis y Bidasoa, con un rocódromo, Koala descendente, Koala ascendente y el muro final de Gladiators. Casi nada.
Los 350 participantes se repartieron en 6 tandas diferentes. La primera, la élite, contaba con una única pulsera que les obligaba a superar todos los obstáculos, pudiendo intentarlo tantas veces como fuera necesario. A partir de la siguiente tanda, ya no llevaban pulsera y se dividían en Soldier Individual, Soldier Dúo y Batallones (grupos de amigos, gimnasios, etc).
Al tratarse de una carrera muy cercana a nuestra localidad, entre los participantes había muchas caras conocidas, lo que hacía que la prueba fuera muy familiar. Aquellos que ya me conocían se sumaban al juego para animar y dinamizar las salidas lo que ayudaba a arrastrar al resto de gladiadores.
El ambiente en la plaza fue espectacular durante toda la mañana, ya que muchos de los presentes no habían visto una carrera de obstáculos en vivo. En la categoría masculina, Mikel Muguiro se destacó como líder, y me hizo mucha ilusión ver en el primer cajón a Cristina Ojer, quien siempre está luchando por el podio. Sin embargo, como me reconoció después, era la primera carrera de obstáculos que ganaba.
Tras pasar la gran mayoría de la tanda élite y poner toda la emoción posible en la locución, ya que las diferencias fueron muy escasas tanto en la categoría masculina como en la femenina, empezaron a llegar participantes. Algunos intentaban una y otra vez superar los obstáculos finales: unos los lograban, otros los repetían y algunos ya desistían porque venían "destrozados"... ¡jajaja! ¡350 historias diferentes que contaros¡
En esta parte, nos lo pasamos en grande. Lo disfrutamos muchísimo y logramos hacer disfrutar tanto a los participantes, con sus bailes, risas y anécdotas, como al público, con sus gritos, animación y aplausos. Fue maravilloso y espectacular cómo congenió todo el mundo con la carrera y con la animación.
Los últimos en cerrar la carrera fueron un grupo numeroso de Aoiz. Como anécdota, dentro de este grupo estaba una compañera de mis buenos años en Maristas, a quien no había visto desde entonces. Más de 25 años después, volvimos a coincidir. Fue una gran ilusión habernos reconocido mutuamente.
Pusimos punto y final al evento con la entrega de premios, y aquí viene la parte buena, sobre todo para quienes se subieron a los tres cajones. Además del trofeo de la prueba, los primeros recibieron un jamón, los segundos un queso y los terceros chorizo. ¡Nada mal como premio! El grupo más numeroso, que fue el equipo de Box2Box de Santacara, también recibió los tres productos. Seguro que con eso es la excusa perfecta para preparar una buena comida o cena.
Tras recoger todo, nos quedaba otra de las partes importantes del día: la comida con el equipazo de Crosstrain Peralta en la sociedad de Jesús. Era una comida que llevábamos tiempo esperando y preparando, y que la carrera finalmente nos permitió programar para probar algo que casi nadie de los presentes había comido nunca; oveja.
Chuleta de oveja y costilla de oveja a la plancha. Nos reconoció Jesús que sabe mejor a la brasa, pero ese no era el día de ponerse a asar y tener que estar pendiente del fuego. No se a la brasa como sabrá, pero a la plancha estaba buenísima.
Ya por la tarde, tras una larga sobremesa, para rebajar la comida, parte de los compañeros de Peralta nos subimos a La Torre para disfrutar de las vistas y ver lo que queda del castillo. Mucho más tranquilos, sin dorsal, sin correr y sin superar obstáculos. Y si además contábamos con un anfitrión, mucho mejor para conocer un poco más de la historia del lugar.
Otra bonita historia para contar. Otra gran batalla que recordar, y como decía el eslogan de la carrera: AMAT VICTORIA CURAM, ¡LA VICTORIA ES PARA QUIEN SE PREPARA!
¡Preparados, pues, para la siguiente!
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