Que bonitas son las "carrericas de pueblo". Las familiares. Las que nos conocemos todos o casi todos y si no, no tardamos mucho en presentarnos. Venía de correr con más de 8000 personas en la maratón de Sevilla. De haber estado casi 3h metido en un mismo grupo y hablar, hablar.... lo que se dice hablar, con las "liebres" un minuto antes de la salida y otro al finalizar. Poquito más contacto con nadie. Ni corredores, ni organizadores, ni nada que se le parezca. Lo único, con los voluntarios de turno de la recogida del dorsal, el guardarropa, la colocación de la medalla "FINISHER" o la bolsa de avituallamiento de fin de carrera. Las "carrericas de pueblo" tienen otro encanto. Y no estoy en contra de las masificadas, ni mucho menos, porque también participo en varias, pero el trato, la voluntariedad, la ayuda, el estar muy pendiente del corredor y cuidando todo al detalle como si fuera la mejor carrera del mundo le da a este tipo de carreras un encanto especial.
Pues eso, "carrerica de pueblo" por celebrarse en Aibar, una localidad de 800 habitantes, pero un carrerón de trail en toda regla. Duro, como casi todos. 18 kilómetros y 850 metros de desnivel positivo repartidos en tres subidas principales. Unificación de dos recorridos que tenían en ediciones anteriores a fin de evitar aglomeraciones, menos voluntarios y menos riesgo para la localidad.
Calentando en la Zubiri-Pamplona, allá por octubre, uno de los corredores más destacados del trail navarro, Alberto Azparren, organizador del trail de Aibar y al cuál conozco desde hace años por sus participaciones en otra de las "carrericas de pueblo", 7 de agosto de 2022, por cierto.... Pilón Trail en Falces, se paró a saludarme y hablando de todo un poco, ya me dejó caer que me llamaría, que este año volvería TRAIL DE AIBAR y que me llamaría para ver mi disponibilidad para cubrir la carrera como "speaker". "Vale, Alberto. Perfecto. Hablamos".
A mediados de diciembre retomamos las conversaciones. Me dice fechas y perfecto. Me encaja. Puedo acudir. Genial. No he podido correr ninguna de las ediciones anteriores, así que conoceremos la carrera "desde el micro". Los últimos días de febrero intensificamos los whatsapp y correos para ponernos al día de todo y aquí he de agradecer también a Javier Cabrerizo y a Sergio Elarre toda la información y predisposición para tener todo preparado.
Con la "resaka" de la tarde del sábado en carnaval.... (que noooooooo...... que nos cuidamos y mucho.....) la mañana del domingo 27 madrugué para ir a Aibar. Me presenté en la plaza principal y como me gusta ir con tiempo y aún no había nadie, me dio tiempo a echarme un café en el bar de los jubilados, en los bajos del ayuntamiento.
Enseguida apareció el encargado del ayuntamiento y colocó el equipo de megafonía y a darle a la música. Serían en torno a las 9:15 cuando empezó a sonar y salvo los voluntarios que estaban colocando el arco de salida, la plaza estaba bastante vacía. La entrega de dorsales se estaba realizando en la zona del frontón y eso se notaba. No tardamos mucho en presentar la carrera y en ir dándole ambiente a la fresquita mañana que incluso alguna gotilla de agua se escapaba tímidamente.
A falta de 15 minutos la plaza ya tenía otro color. La mezcla de camisetas de varios clubs debidamente uniformados junto con el resto de personas con sus "camisetas de la suerte" iban llenando los huecos y colocándose bajo el arco de salida para disfrutar de lo dicho, de los 18 kilómetros y 850 metros de desnivel positivo.
Últimas recomendaciones, últimos avisos y cuenta atrás......... AAAAA----DEEEEEEE-----LAAAAAAN---TEEEEEEEEEE!!!! A correr... mis 50 metricos de rigor para quitar el mono del dorsal, los nervios de una salida y grabar un poquito las caras de felicidad de la salida. Los teníamos ya lanzados y hubo que cambiar de ubicación, puesto que la llegada era en la zona del frontón y un final de lo más peculiar, que a pesar de los diferentes cambios del recorrido en las cinco ediciones anteriores, los últimos 100 metros no cambian. 100 metros metidos por un barranco, por un arroyo que le da un toque distinto a la prueba, con un bonito paso por debajo del puente y la entrada a meta a escasos 15 metros del mismo.
En el cambio de ubicación, uno de los voluntarios se me presenta con un pedazo bocata de jamón con tomate. "Gracias, pero guárdamelo para después, que ahora con el micro voy a andar jodido", le dije. "Hala, que para cuando vengan los primeros te da tiempo de sobra. Venga que se te va a enfriar". jajjjaja.... Pues cierto es que faltaba tiempo de carrera y que no había nadie esperando a que diésemos información, así que un buen almuerzo para reponer fuerzas.
Comienza a llegarnos información de los punto intermedios y nosotros lo vamos trasladando al poquito público que había en la zona del puente. La organización estimaba un tiempo en torno a 1h20' los primeros en cubrir la distancia y conforme se acercaba el cronómetro a esa hora, más gente llenaba el puente. Finalmente, fue 1h26' lo que tardó el primer clasificado en entrar, Oscar de Luis y muy seguido el corredor local Alberto Azparren que intercambiaron varias veces la primera posición. En categoría femenina Ana Reina fue la más rápida y durante casi una hora estuvimos recibiendo participantes finalizando la prueba.
Fue una gozada, como en todas las carreras, poder disfrutar desde un lugar privilegiado la cara de satisfacción de los participantes. Unos más curtidos en este tipo de "batallas" y otros completando casi su primer trail. Nos dio para conocer gente e historias bonitas. Entrevistar a un ex-ciclista profesional. Entrevistar a amigos con grandes retos para este 2022. Entrevistar a los campeones, incluso a uno de los organizadores de la prueba. Algún que otro participante que pillábamos infraganti y nos comentaba algo de la prueba. La llegada del último participante también fue bonita. Son de esas personas que en algún momento me gustaría vivir a mí. Desconozco a la persona, pero fácilmente rondaría los 65-70 años (igual me he pasado, lo siento...) pero como un campeón con dos palos y ropa para nada técnica completando en 2h30' el trail de Aibar.
Nos tuvimos que desplazar de nuevo a la zona de las piscinas para proceder a la entrega de trofeos, dejando un poquito de tiempo para reponer energías en el bar del frontón y aprovechar el buen ratico que se quedó con la salida del sol. No dio para más la mañana, salvo para agradecer a los organizadores el trato recibido. Para agradecer al encargado de la brigada del ayuntamiento el cambio de megafonía de hasta tres veces a lugares distintos. El agradecer a aquellos participantes que se acercaron a saludar y el agradecer no se a quién el darme la oportunidad de seguir disfrutando de las carreras de manera diferente, desde un lugar como digo privilegiado y con el que cada vez disfrutamos más.
Gracias Trail de Aibar. Antes me acordaba mucho de vuestro pueblo porque en mi última temporada como portero del C.D. Falcesino, y ha llovido bastante, temporada 2012-2013, conseguimos el ascenso a Regional Preferente en ese campo. Ahora también me acordaré por haber disfrutado de vuestro trail. Y por cierto....... fijaros que el logo de AROSPORT, salió también de ahí. De la foto de la celebración. De ese portero abriendo los brazos en cruz con los puños cerrados y que Rodrigo, amigo de Funes, me la plasmó como imagen personal.
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