miércoles, 11 de mayo de 2022

CRÓNICA XIII XTREME HIGA DE MONREAL "DESDE EL MICRO"

Espectacular. Impresionante. Mágica. Mística. Así es Xtrem Higa de Monreal. Una carrera preparada desde el cariño, desde la confianza de estar detrás un grupo de personas que se preocupan por el corredor, por el entorno, por el pueblo de Monreal y por su "Coloso de la Cuenca".
Ya había tenido la ocasión de participar en un par de ocasiones en la Xtrem Higa de Monreal. Este año pensaba correrla, pero al recibir la llamada de uno de sus organizadores para cubrir el evento como Speaker, Alfonso, no me lo pensé dos veces. Automáticamente le dije que sí y también me puse a buscar alguna otra carrera para correr en vez de ésta. Que no fue otra que Nafarroa Extrem la semana pasada.




Tengo que agradecer a Alfonso todo el trabajo previo a la prueba. Toda su información. Todas las conversaciones y todo lo que me facilitó las cosas antes de presentarnos allí en la mañana del domingo del 8 de mayo. 

Yo tenía ganas de correrla. En alguna ocasión he ido también a la Higa a entrenar, pero muy pocas. No deja de estar a una hora de viaje desde casa, pero el viernes, cuando ya estaba todo el recorrido marcado y aprovechando mi mañana de fiesta, me presenté a eso de las 8:30 en Monreal. Llevaba toda la semana sin entrenar, recuperando de los 35 kilometrazos y 1900 m+ del sábado anterior y subiendo por el Camino de Malpica, parte derecha de la Higa, ya notaba el calentón de piernas que iba a sufrir.

Tras pasar el kilómetro 3, parte más dura del inicio de carrera, un tramo muy llano en el que ya te adentras en el bosque y apenas veremos la luz hasta el kilómetro 17 me indica que vamos a disfrutar de una bonita mañana de CAminar- COrrer lejos de nuestros pinares de la Ribera. Destaca muchísimo el color verde y la humedad de los arroyos.

En el kilómetro 5, desvío de carrera. De frente la corta y a la derecha la larga, salvando aquí a través del bosque un pequeño barranco en el que otros años recuerdo que se formaba bastante barrizal. Otro repechazo fuerte que nos acerca a una de las zonas más divertidas de la carrera. Tocaba jugar en el laberinto de camino al Raso de Larraun. Sendero serpentente esquivando arboles y arbustos hasta llegar al kilómetro 5. 

De aquí, camino a la Fuente de Iturotz, seguíamos esquivando todos los obstáculos propios de la naturaleza hasta llegar a la Senda de los Medios. Espectacular bajar hasta el mismo arroyo, tener que cruzarlo 5-6 veces. Perdí la cuenta. Mirar hacia arriba y sentirte diminuto por la altura de las hayas y pensar que estás en un bosque encantado a tan sólo 18 kilómetro de Pamplona. Tras el rápido descenso, el recorrido se juntaba con el corto y compartían una buena subida hasta el parque eólico para comenzar a descender, primero más sencillo y después más rápido por el Sendero de las Vacas. Sendero en el que no se pisaba el suelo. Se pisaba un manto de hojas que con la velocidad que se llevaba ahí, imagino que los corredores las levantarían a su paso.






La siguiente parte era la bonita. La más dura. La que le da un valor diferencial a esta carrera. Las cadenas. Primero una aproximación en la que vas cogiendo altura y después unas paredes verticales que tienes que ascender a través de cadenas. Yo, en mi entrenamiento, me las salté. Iba solo. Veía nubes en la cima que tapaban el repetidor y mis gemelos no iban muy boyantes como para meter esa subida y los 4 kilómetros de bajada que también tiene lo suyo en esta carrera, así que decidí bajar por el recorrido de la corta. Más asequible y menos desnivel acumulado.

Un pequeño reconocimiento al recorrido. Una manera de entrenar, disfrutar y ponerte en el lugar del corredor. Eso me hace sentirme más a gusto también con el micro. Muchas veces no se puede hacer este trabajo previo, pero en otras ocasiones sí y eso me hace transmitir mucho más el sentir de la prueba.

Bueno, pues el domingo, temprano, nos presentamos de nuevo en Monreal. Desde la recta de Olite ya reconocí la cima. Y es que si algo tiene este monte tan característico es que en días despejados, desde mucha distancia a lo lejos, se reconoce y nos sirve para ubicar la zona. ¿Quién no habrá subido a cualquier otro monte y habrá dicho?...."Mira, allí está la Higa". 

Esta vez sin dorsal ni zapatillas para correr. A las 8:00 en el frontón municipal ya estaba todo preparado para recibir a los participantes para la retirada del dorsal. Saludé a Alfonso, conocí a Alvaro y a Josean, miembros de la organización y me fui a la zona de llegada a montar mi chuleta.






Enseguida nos pusimos "voz a la obra". Me iba a acompañar Luis con la megafonía, así que yo sólo tendría que hablar y no poco. Presentamos la carrera. Dimos los avisos más importantes, pero he de reconocer que esta era una zona de paso, que los participantes se encontraban calentando más alejados de esta zona. También la salida se realizaba a escasos 150 metros de aquí, así que hubo que tomar un altavoz portátil y trasladarnos de ubicación.

Menos de 10 minutos. Unos pocos de avisos más. Un rápido repaso al recorrido a modo de "discurso". Unos aplausos para el Club Elomendi y el Ayuntamiento de Monreal y unas palabras del propio Alfonso antes de la cuenta atrás y el bocinazo de salida. Casi 250 personas entre las dos distancias. Larga, 22 kilómetros y 1200 m+ y la corta 12 kilómetros y 550 m+.

Nos volvimos a trasladar al lugar de meta y a esperar que nos llegase información de los voluntarios a lo largo del recorrido. Mucho no había que esperar porque la organización estimaba que la corta se realizaría en menos de una hora y efectivamente así fue. 54' tardó Andoni Saldias en cubrir el recorrido. Algo más la primera chica, Guratz Azpiroz, 1h8'. 

Aquí ya era otra fiesta. La de los protagonistas. La de conocer en primera persona las sensaciones, aventuras y desventuras que habían vivido en carrera, así que el que accedía a unas palabras en el micro pues genial y estupendo. 











Nos seguían pasando datos de la prueba larga con dos claros dominadores en ambas categorías. Ion Sola en la Masculina y Aitziber Mendibil en la femenina. Y esperamos y recibimos a todos y cada uno de los participantes, 230 en meta, con la mejor de las animaciones, con los mejores aplausos, devolviéndoles la confianza que habían puesto en la organización y reconociendo el tremendo esfuerzo realizado por los bosque de la Higa.

Los trofeos se entregaron en la zona de las piscinas con un fondo inmejorable. No habrá photocall que lo supere. La mismisima Higa de Monreal a las espaldas de los corredores y corredoras más rápidas de la jornada de trailrunning que habíamos vivido.

Previo a la entrega, nos arrancamos un cumpleaños feliz para uno de los impulsores de la prueba. 50 añicos cumplía Alfonso, así que momento emotivo para todos. Y tras este acto protocolario, nos pasamos al frontón. Nos quedaba el post-carrera que tan buenas batallitas nos deja entre unos y otros. Momento relajado para hablar de la carrera, de otras carreras y otros objetivos. Escuchando piques entre compañeros de club. Marcas y KOMs..... todo ello acompañado de buen vino, embutido, txistorra, tortillas de patata, frutos secos, etc. preparado con un cariño especial por los jubilados de Monreal.

No me quedó mas que agradecerle nuevamente al equipo de organización la confianza que habían tenido conmigo para poder estar en la prueba como Speaker de la misma y vueltica a casa observando la imponente cima de 1.295 metros de altitud. 





 

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