El pasado 9 de noviembre se celebró una nueva edición del Trail de Arróniz, en su VII edición. Esta carrera, que tiene lugar en la localidad de Tierra Estella, Arróniz, ofrece una ruta en su modalidad más larga que lleva a los participantes a conquistar Montejurra, el gran mirador de toda la zona.
Nosotros, al igual que en años anteriores, nos apoyamos en Jesús María Alegría 'Sile' para ponernos al día sobre lo que el Club Deportivo Arróniz estaba preparando para la edición 2024. La mayoría de los cambios se centraban en pequeños detalles, especialmente en el recorrido. Se modificó la ubicación de la salida y la llegada, que pasó del centro del pueblo al polideportivo municipal. Se hicieron ajustes en el recorrido inicial y se introdujo una nueva subida en la parte final, a falta de tres kilómetros: la del pinar de Aranbeltza, que, sin duda, pondría a prueba a los corredores y corredoras de la distancia de 23 kilómetros con 1.300 metros de desnivel positivo.
Tenía ganas de montaña. Tenía ganas de Montejurra. Así que, el viernes a media mañana, nos presentamos en Arróniz sabiendo que el recorrido ya estaba completamente balizado y decidimos lanzarnos a por el recorrido largo. En baja forma, sin apenas haber acumulado kilómetros ni desnivel, nuestro principal objetivo era simplemente dar un paseo largo por el monte y, si se podía, animarnos a trotar un poco en algunas zonas.
Al inicio, una aproximación hasta Montejurra de unos 5 kilómetros, siempre subiendo y pasando por las Palomeras de Luquin, el punto donde se dividían los recorridos largo y corto. Ya en las faldas de Montejurra, descendimos por la Senda del Jabato, que, a diferencia del sábado, nos la encontramos casi sin barro. La niebla nos impedía ver la cima de Montejurra, pero, por la vegetación, los senderos y el paisaje, sabíamos que ya estábamos en la zona.
Montejurra nunca defrauda. Está todo el año igual de hermoso, y aunque es cierto que ya no lo piso tanto como hace unos años, sigue siendo un lugar espectacular para realizar buenos entrenamientos. Llegué a la parte más exigente de la carrera: la subida a las Rocas, el descenso por la Hoya de Arellano y la subida por la Senda de Obélix. Preciosas subidas por la cara oeste de este gran coloso.
Al llegar a la cima, junto a las antenas de Montejurra y después de haber dejado atrás unas grandes y afiladas rocas en forma de menhir (de ahí el nombre de la Senda de Obélix), hicimos una pequeña parada para disfrutar de 'las vistas'... jajajaja. No se veía absolutamente nada debido a la niebla que había. Así que, tras reírnos un poco, seguimos por el camino.
Casi 25 minutos estuvimos perdiendo desnivel a través de senderos y pistas, pasando por la Fuente del Toro. Luego, una pequeña subida que, aunque no parecía gran cosa, ya nos dejó sintiendo el esfuerzo, pues estábamos en el kilómetro 16 y la falta de entrenamientos se empezaba a notar. Tras eso, otra fuerte bajada a través de un pinar por el Sendero de Mauleón, y fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de que la mañana se nos iba a alargar más de lo que pensábamos. Me quedaban unos 5 kilómetros y, además, faltaba una parte nueva que tanto 'Sile' como Asier Mauleón habían anunciado en redes sociales: una parte final más dura.
Ya llegamos, ya. La subida al Pinar de Aranbeltza, que nos la encontramos llena de pisadas de vacas, resultó ser tal y como habían anunciado: una subida potente para rematar el desnivel positivo. Tras coronar, lo que quedaba era más favorable, pero esos kilómetros son de los que el cuerpo te pide correr, aunque, cuando ya llevas más de tres horas, como fue mi caso, cuesta una eternidad avanzar. '¡Entrena más, Alex!
Al día siguiente, llegamos pronto a Arróniz, donde ya estaban Sergio, Asier, Javi, Arantza y seguro que me dejo a alguno más. Igualmente, gracias a todos por la acogida. Echamos de menos a Alfredo, quien, seguro, habría disfrutado de un gran día en Arróniz, DEP. A pocos minutos de la salida apareció uno de los mejores corredores navarros que tenemos, Sile, quien ya había recorrido el trayecto para verificar que todo estuviera en orden.
A las 9:30 de la mañana dimos la salida a más de 120 participantes que se disponían a realizar el recorrido largo, y a las 9:45 fue el turno de los 140 participantes que habían elegido la distancia corta de 9 kilómetros con 250 metros de desnivel positivo.
Lo justo tuvimos tiempo para entrar a la cafetería, echarnos un pequeño pintxo de tortilla y un café, ya que el recorrido corto se iba a completar en apenas 40 minutos por los participantes más rápidos. A partir de ahí, como casi siempre, nos liamos dando llegadas, animando a todos, tratando de saber cómo habían sido las sensaciones en carrera de los corredores, viendo cómo se lo estaban pasando en meta... y de una cosa a otra, nos llevó algo más de dos horas recibir a los participantes del recorrido largo.
Entre medias de unas llegadas y otras, como la prueba de 23 kilómetros se alarga casi hasta las 4 horas, tuvimos que entrar dentro del frontón en un par de ocasiones. La primera para entregar premios a los más rápidos del recorrido corto y la segunda para hacer lo propio con los del recorrido largo.
Aquí la gente ya estaba disfrutando del pintxo-pote que se había preparado y que pudios degustar también nosotros con esas tostadicas recién hechas y bañadas con aceite de la localidad, producto estrella de Arróniz.
También se llevó a cabo el sorteo de una gran cesta con productos de varios colaboradores del pueblo y sólo nos quedaba recibir a los participantes menos rápidos en la mañana del 9 de noviembre, que aunque llegaron fuera de la hora de control, allí quedábamos unos cuantos para recibirles igualmente y reconocerles el esfuerzo. También desde la organización hicieron lo propio, ya que se les entregó un trofeo que decía "Trofeo a la persona que más tiempo ha disfrutado de la carrera"... jajjajajaja.
Otra gran carrera preparada con todo el amor y cariño del mundo, pesando mucho en el participante y que además ofrece un bonito recorrido por las cercanías y por los senderos de Montejurra.
Apunten, principios de Noviembre, suele coincidir con la Behobia, pero si a ti lo que te gusta es la montaña, aquí tienes un carrerón.
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