miércoles, 12 de octubre de 2022

IX CARRERA SOLIDARIA NAVARRA CON ANFAS "DESDE DENTRO"

Ayudar a alguien es la mejor forma de ayudarse a uno mismo. Te hace olvidarte de todo. De la vida tan alocada que llevamos en el día a día y de lo revuelta que se está empezando a poner. Nos vienen tiempos complicados. Huelgas por el convenio de gestión deportiva, final de contrato de la empresa gestora, sumándole lo que llevamos arrastrando ya de guerra, covid, subida de precios de todo.... pero el pasado domingo, una carrera solidaria con ANFAS (Asociación navarra en favor de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo), un dorsal pinchado en la camiseta, una gran familia y un campeón como Markel me hicieron, durante más de 8 horas olvidarme de todo, absolutamente de todo.

Tenía pendiente, desde hace 3 años que conozco a la familia de Markel, hacer una carrera con ellos. Una carrera empujando la silla de un niño que con una de las enfermedades consideradas raras o ultra raras por los poquitos casos que hay en España, disfruta casi todos los domingos de carreras inclusivas que le permiten correr entre la multitud. GNAO1, por si hubiese alguien interesado en investigar la enfermedad y ayudar a los escasos 14 casos que hay en nuestro país.

Conocía las intenciones de que participarían en la Carrera Solidaria de Navarra que se iba a celebrar en Pamplona el 9 de octubre, pero un servidor, tenía boda y encima de tarde el día anterior, ante lo cual, no me podía comprometer a nada porque una boda y después de tanto tiempo uno no sabía lo que podía ocurrir.



Finalmente, la boda para mi familia fue muy tranquila. Disfrutamos con la familia y con los hijos y en torno a las 3 de la mañana estábamos ya en la cama y sin que se nos hubiese sobrado el barco. 4 horas eran más que suficientes para no perder una oportunidad única de disfrutar de manera diferente una carrera desde dentro.

A las 8:30 estábamos ya aparcados en Pamplona. Cafetico en una de las Tahonas cercanas a la Plaza de Toros de Pamplona y enseguida hacia el Paseo Sarasate que era el centro neurálgico de la prueba y debía inscribirme pronto. Llegando desde la Plaza del Castillo olía a brasas, a carne al fuego y efectivamente, ahí se estaban cocinando ya unos corderos. Abundantes carpas con diferentes actividades. Carpa para pintxo solidario. Hinchables. Buen paquete de actividades por si os toca acudir con acompañantes.

No tardó en llegar el equipazo de AURRERA MARKELEKIN, con su padre, su primo y su amigo. Un fuerte abrazo lleno de energía para todos y la primera de las sonrisas de Markel. Necesitaban un café antes de ponernos ya el traje de faena y nos acercamos hasta un bar de la Plaza del Castillo. Aquí aprendí una nueva lección. Entre un boxer, un perro lobo y un adiestrador de perros pasé los 5 minutos que tardó Iñaki en tomarse el café. Saqué a relucir mi miedo a los perros y me dio los consejos que tengo que seguir la próxima vez que me encuentre con un perro en el monte. Veremos a ver.....jijijiji.

Tocó caminata hasta el coche, ponernos la camiseta rosa de la asociación y ver de nuevo la emoción de la criatura sintiendo que iba a ponerse un dorsal. Vaya momento de emoción para él. En marcha. Calentar, lo que se dice calentar, fue lo que tardamos en ir desde la Plaza de Baluarte hasta el arco de salida de la prueba. Batukada animando. Valcarcel animando con el micro, con el que tuve la oportunidad de conocerle personalmente a primera hora de la mañana. Muchas caras conocidas y que la mayoría me preguntaban: "¿Hoy no toca micro, Alex?". "No, no. Hoy toca correr y empujar la silla de un amigo".



Nos pusimos retrasados. Dejando que saliese el grueso del grupo de casi 800 participantes. Mezclados los que iban a correr 5 kilómetros (1 vuelta) o los que íbamos a correr 10 kilómetros (2 vueltas) en su mayoría por el Casco Viejo de Pamplona. 

Iñaki nos puso musiquita en el carrito para amenizar la marcha y al lío..... ya veíamos que los primeros habían iniciado la carrera, así que a disfrutar. Primeros metros por el Paseo Sarasate con multitud de gente y teniendo cuidadito con no liarla con el carro. Lo llevaba su papá que tiene mucha más experiencia. Poco a poco fuimos cogiendo posiciones, adelantando gente, pasando por el parque de la Taconera y entrando de nuevo al Casco Viejo para recorrer Calle Descalzos, Calle Mayor, Calle Nueva donde estaba el resto de familia de Markel animando. Por la Calle Zapatería aparecimos en la Plaza del Ayuntamiento, preciosa aparición como siempre, Mercaderes, subida de la Calle Curia hasta la Catedral, Calle Javier, Estafeta, Chapitela, pasando por delante de la Batukada a la entrada a la Plaza del Castillo y de nuevo a Sarasate.


Aquí, muy bien indicados por voluntarios portando cartelitos hacia donde debíamos dirigirnos los corredores. A la izquierda los que se quedaban y a la derecha los que continuábamos para la 2º vuelta. Similar a la primera, pero con mucha menos gente a nuestro alrededor que en la primera vuelta.

Llevar el carrito fue toda una experiencia. Nos alternamos a tramos entre los 4 que íbamos. Ver al campeón reírse cada vez que pisábamos el adoquín te hacía reírte a ti también. Entendí entonces lo que me contaba mi amigo Pedro el día que acompañó a la misma familia en el recorrido de Pilón Trail. "Cuanto más baches había, más se reía". Fue lo que más me repitió tras la hazaña del Pilón.

Sinceramente, llegar a meta me dio pena. Esa felicidad no podía acabarse tan pronto. De hecho, no acabó aquí sino que dio comienzo a otra felicidad. A la parte social. A la parte familiar. A la parte de conocer realmente a la gran familia que forman.

Tras la ducha, tocó ir a San Nicolás, probar uno de los fritos más famosos de la ciudad, el de huevo del Bar Río y conocer a mucha más familia. Hasta la fecha sólo había tenido contacto con los papás. Estuvimos haciendo hora porque después tocó compartir mesa en una sociedad del barrio de la Txantrea con todos ellos. 

Fue uno de los mejores ratos y momentos vividos en los que realmente me permitió conocer mas a fondo a esta gran familia. De sus terapias, su día a día, sus proyectos, sus preocupaciones.... Realmente, me di cuenta de que cuando vienen a Falces a disfrutar de Pilón Trail no pasamos mucho rato juntos. Es un fin de semana en el que estoy con mucha gente y a la vez no estoy con nadie.

El momento despedida tenía que llegar. No me apetecía en absoluto, pero había dejado a mi familia en el pueblo, muy a nuestro pesar, pero no queríamos hacer madrugar a mis hijos un día más tras la boda. Fue un hasta pronto, tanto por la experiencia vivida corriendo como por el tiempo compartido, ya que no será la última vez que trate de cuadrar mis eventos para compartirlos con ellos.

GRACIAS AURRERA MARKELEKIN por dejarme compartir estos grandes raticos con vosotros.   




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