IMPRESIONANTE. Que queréis que os diga. Un evento que consigue reunir a más de 800 personas, lo primero, algo están haciendo bien y lo segundo si encima tienes tu el privilegio de poder estar animando y dando ambiente a la prueba pues no es que haya que dar el 100%, hay que darlo absolutamente todo.
El sábado por la mañana tocaba la II edición de Rabiosa Race en Marcilla, ojo, 5 minutos en coche para ir a locutar. Ni a pestañear nos dio tiempo. Lo hacíamos por segunda vez, ya tuvimos la oportunidad de hacerlo el año pasado y contento, muy contento de volver a repetir.
A medida que íbamos viendo las publicaciones en redes sociales de como iban aumentando el número de inscritos respecto al año pasado, más nos motivaba para preparar a conciencia la carrera. Enhorabuena por el trabajazo previo para reunir a tanta y tanta gente.
El 25 de mayo nos presentamos pronto en Marcilla. La carrera era a las 10 de la mañana pero había que ir con antelación. Por allí, Montxi, quien iba a estar a los mandos del sonido como técnico, ya tenía prácticamente todo listo, sólo teníamos que probar y comprobar que todo estaba correctamente.
Con cuenta gotas, iban acercándose participantes a retirar el dorsal en los bajos del Ayuntamiento viejo. Nosotros nos ubicamos en la misma puerta del Castillo de Marcilla, que además este mismo año, ha cumplido ni más ni menos que 600 años de historia.
A diferencia del año pasado que hizo un frio que pasó factura a mucha gente, este año estábamos en la Gloria. Buena temperatura y el solecito dándonos desde primera hora. Así que los participantes iban a gozar de lo lindo metiéndose en las diferentes pozas.
Como ya viene siendo habitual en las carreras, tocaba saludar a todo el mundo que se acercaba y pasaba por delante nuestra. Tanto corredores, como en este caso mucha, muchísma gente conocida de Marcilla que iban a estar de voluntarios/as o simplemente de espectadores. Se respiraba otro gran ambiente deportivo. Aitor Simón con su cámara en mano apuntaba a todo lo que se movía por allí. GALERÍA FOTOS AITOR SIMÓN (AQUÍ).
Tocó intensificar los avisos y es que estábamos ya a punto de recibir a la 1ª tanda de corredores, a la denominada TANDA ÉLITE, la que tiene la obligatoriedad de pasar todos los obstáculos sin recibir ningún tipo de ayuda, pudiendo repetir el obstáculo tantas veces como puedan o les permita el cuerpo hasta que lo superen, sino adiós muy buenas a la pulserita.
Arenga motivacional mezclada con un poquito de historia para terminar de poner nervioso al personal que se iban a jugar los podiums de ésta segunda edición de la carrera de obstáculos de Marcilla. Primero debían dar una vuelta completa al Castillo por la parte de arriba, volvían a pasar bajo el arco de salida y a partir de ahí, 6 kilómetros con más de 30 obstáculos a superar de todo tipo. Ruedas, muros, pozas, reptas, arrastres, porteos, suspensión... absolutamente de todo, para acabar con un combo final en los fosos del Castillo de Marcilla, que por cierto, éste año cumple 600 años.
Vivimos hasta 13 tandas. Vivimos hasta 13 salidas diferentes. Vivimos un sin fin de momentos emocionantes. Si ya de por sí, lanzar una carrera, es un momento importante tanto para el corredor, como para el organizador, como para el speaker, imaginaros, lanzar 13 carreras. 2 horas y 10' de pura diversión. 2 horas y 10' en la que disfrutamos de nuestro trabajo al 100%. Olas, tabatas, cuentas regresivas a base de burpees, ejercicios de todo tipo, hasta jugamos al juego de la "pajarita de la suerte", ese que se hace con un papel metes dedo índice y pulgar y haces movimientos de abrir y separar y luego eliges una de las pestañitas y a ver que te toca... cambiamos el guapo, feo, simpático... por los burpees, escaladores, sentadillas, etc. Los participantes respondieron al 100%. Entraron al juego y eso es de agradecer.
Entre medias, pudimos ver, gracias a la ayuda inestimable del público que se encontraba en lo alto del foso, las llegadas de los élites, siendo Asier Corral el primero en llegar a meta en categoría masculina superando todos los obstáculos y Libana Taboada haciendo lo propio en categoría femenina.
Después de dar todas las salidas, nos tomamos un ratito de relax, de descanso de garganta y nos acercamos a los obstáculos del foso para ver a los participantes sufridisfrutar de esa última parte. Estas tandas eran ya cuadrillas, grupos de gimnasio, amigos del trabajo... que se ayudaban unos a otros, incluso pasaban de hacer los obstáculos y es que éste tipo de pruebas se trata un poquito de eso.
Por un lado está la parte competitiva- Élite, que deben superar todos los obstáculos. Por otro lado están los participantes que quieren superar todos los obstáculos, pero que no van a pelear por los puestos de cabeza y por otro lado están las personas que quieren divertirse, pasarlo bien y si algún obstáculo no lo superan penalizan 10 burpees, que muchos tampoco los hacen y siguen con el grupito para adelante. Otro royo, otro ambiente, pero igual de divertido.
Cuando ya estaba todo listo para la premiación, nos volvimos a enganchar al micrófono y al lio. Había que poner punto y final a una exitosa edición de Rabiosa Race by Gladiators Day con más de 800 participantes. Una locura reunir a tanta y tanta gente, pero que además estas personas quedaron con muy buen sabor de boca.
Para rematar la mañana, terminamos comiendo con el equipazo de Gladiators. Un buen momento para recordar lo vivido y para hacer un poco más de piña y de grupo. Yo de aquí me iba a casa, pero a ellos les quedaba todavía desmontar todo el tinglado, que no es poco lo que mueve una carrera de obstáculos.
Tendría que agradecer a tanta y tanta gente por su confianza y por hacerme disfrutar tanto de esta bonita profesión, que me quedo con agradecer al equipo de Progesport y al Ayuntamiento de Marcilla por su confianza y por su atención y ojalá haya una tercera edición de Rabiosa Race y lo podamos vivir "desde el micro". Gracias.
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