"¿Qué tendrán las Luciérnagas de Peñalén que reúne a tanta gente?" fue una de las preguntas que mientras estábamos comiendo el bocata en las pistas tras haber completado los 12 kilómetros nocturnos del recorrido salió en el grupo con el que estábamos en ese momento.
Habría muchas respuestas, pero la mía personal es por un lado, ser de noche. Un valor diferencial a cualquier otra prueba y por otro lado el recorrido sencillo apto para todos los públicos.
En el día a día, no ves a mucha gente darse un paseo con la frontal por el monte, sin embargo ese día, sabiendo que no vas a caminar sólo, a la gente le resulta un hecho motivante, me incluyo en el saco, a pesar de que alguna vez yo si que tiro de frontal para entrenar.
Por otro lado, el recorrido sencillo y apto para todos los públicos hace que el abanico de posibilidades de la gente que participa sea muy amplio. De hecho, hubo 73 años de diferencia entre el participante más joven (6 años) y con el más veterano (79 años). Lo se porque la organización les otorgó un reconocimiento al finalizar la prueba.
Otra de las cosas que veo al ser un recorrido sencillo, es que llama y atrae mucho a la gente a buscar la manera de ir acompañados de otras personas para hacerla en parejas, grupos, equipos, familias, etc. Son numerosas las cuadrillas que van a hacerlas en eso, en cuadrilla o por lo menos en la salida. Luego unos para adelante, otros para atrás, pero en la meta otra vez todos juntos.
En familia también hay mucha gente que lo hace. Nosotros sin ir más lejos. Yo esta vez fui con mi mujer. La hicimos andando, salvo un pequeño tramo al principio y al final corriendo. Vi padres con hijos menores de edad corriendo juntos. Cuadrillas enteras posando para la foto antes de la salida. Amigos o parejas haciéndola también juntos. Hubo también una parte competitiva. Los que la hacen corriendo y a fuego. Yo en dos ocasiones he ido así, en la primera y segunda edición. Hasta ahora no han metido clasificaciones, pero si que este año hubo otro reconocimiento al tiempo más rápido en categoría masculina y femenina.
Se ha quedado una introducción un tanto extensa, pero yo creo que es la clave y el éxito de esta prueba Navarra, una de las que mayor participación reúne en la zona norte y que se llevó a cabo en la localidad de Funes, el pasado sábado 10 de junio.
Tuvimos nuestras dudas para ver si este año íbamos a participar o no. Yo llevaba desde abril sin hacer actividad física por un pequeño bulto en mi rodilla y mi mujer andaba con problemas en la planta del pie. Conforme se iba acercando la fecha, yo sabía que de hacerlo no me iba a arrepentir y de no hacerlo, sí.
Me hubiera gustado más no haber tenido este parón y haberla preparado para correrla intensamente, pero las circunstancias me llevaron a tener que adaptar las velas y ser consciente de que este año no tocaba correr las luciérnagas, pero si no puedes correr, puedes caminar, así que le propuse a mi mujer hacerlas este año andando juntos. A ella le cuesta lo mismo que a mí cambiar de planes, o sea se, nada. Así que a la página de inscripciones y listo. Ya teníamos plan. Íbamos a ser uno de los 894 participantes de esta IV Edición.
El sábado, teníamos otra movidita antes de ir a Funes. En mi pueblo, en Falces íbamos a vivir el 75 aniversario de una de las parejas de gigantes y se iban a reunir 133 gigantes de 33 localidades diferentes, así que nos comprometimos para echar una mano y estar toda la mañana por allí, además luego tuvimos comida popular, encierro txiki por la tarde y concierto. En vista de que íbamos a llegar justos para la salida, mi mujer pasó por la mañana por las pistas de Funes y así recoger los dorsales, la bolsa del corredor y la camiseta del evento.
Ya por la tarde noche, a eso de las 21:30 pasadas, llegamos a Funes. Nos acercamos a la zona de salida y aquello de "de hacerlo no te vas a arrepentir y de no hacerlo sí", cobraba más importancia. El ambiente en la pista era espectacular. Ver tanta gente reunida por allí. Saludar a los voluntarios que andaban de lado a lado con los últimos preparativos. Un montón de caras conocidas. Deseando suerte a todos los que estaban por allí cerca. Escuchando al gran Speaker, mi paisano Carlos Ongay al que le saludamos también. Foticos y más foticos en el photocall.
Nos acercamos a la línea de salida y a pesar de que íbamos a hacer la prueba andando, nos intentamos colocar tirando hacia adelante. De echo, cuando nos dieron la salida desde las pistas, cruzamos el puente y llegamos hasta el primer kilómetro corriendo con el objetivo de adelantarnos un poquito respecto al gran grupo de marchadores con el objetivo de no pillar ningún tapón por el monte.
La noche estaba bastante clara. Salimos prácticamente de día a pesar de ser las 22:00 de la noche. Los primeros kilómetros de la prueba son muy llanos. Se va por la margen derecha del río Arga hasta la unión de los ríos Arga y Aragón. Un par de cuestas sin mucho desnivel. En la misma zona, prácticamente en el kilómetro 3, divisas el Barranco del Rey. Un impresionante mirado que al estar anocheciendo se ve preciosa la silueta.
Mientras empiezas a subir una pequeña cuesta lo vas dejando a tus espaldas, pero merece la pena darse media vuelta y verlo. Ya os digo que yo pasé y aún se veía algo de luz. Seguramente, unos minutos más tarde la cosa cambiaría.
Del kilómetro 4 al 5 viene la parte dura del recorrido. La subida de la Acería. Casi un kilómetro ascendiendo, con un desnivel de unos 100 metros y algun tramo de rampa con bastante porcentaje. Poquito a poco fuimos subiendo, sin prisa pero sin pausa y aquí si que había gente caminando que nos iba alcanzando. Hablando con unos, hablando con otros, nos presentamos arriba de la cuesta. Kilómetro 5 y avituallamiento.
Aproveché a cargar el bidón que portaba y a seguir para adelante. Estábamos ya volviendo por la pista de arriba. Unos dos kilómetro de camino ancho donde nos pegaba el aire de frente. Aun así, hacía una noche espectacular para estar haciendo ejercicio. De vez en cuando veíamos algún relámpago, pero muy lejanos.
Tocó ya entrar a la zona de senderos. Poco antes del kilómetro 7 el recorrido cambia totalmente y ya se introduce entre pinares para hacer varios senderos de la zona. El primero te lleva hacia el mirador del Barranco del Rey, aunque se queda a unos 100 metros de él.
El segundo te lleva hacia la zona del parking. Vas cerca del cortado y vas viendo Funes abajo, pero también puedes localizar Peralta, Marcilla, Caparroso, Villafranca... Está chula esa zona que te permite situar a los diferentes pueblos de noche.
Atravesando el camino Rural que te lleva hasta Milagro, pasamos a otro sendero. Éste te rodea la balsa que hay en el punto más alto de la prueba y ya no dejas ese sendero hasta la Ermita De Nuestra Señora del Portergado, lugar donde habían colocado una buena iluminación y había algo de público y voluntarios. Toda esa zona, la de la estatua del Sagrado Corazón la están adecentando también.
Nos quedaba bajar al pueblo. Lo hicimos a través del Camino de las Cruces. Daba pena, porque olía ya a final de prueba. Descendimos con cuidado pasando por delante de las cruces y llegando finalmente al camino asfaltado. Entramos al pueblo por lo alto del mismo y empezamos a callejear hasta llegar de nuevo a la orilla del rio Arga. Bromeamos con darnos otra vuelta, pero no, nos fuimos directos a cruzar el puente y hacer la entrada en meta trotando suavico. Aún nos dio para que el bueno de Carlos nos hiciese alguna pregunta en meta. Satisfecho y contento por el paseo de 1h52' que me había dado junto a Ana.
Un bocata de tortilla y una cerveza nos hizo recuperar fuerzas sentados en las sillas y apoyados en las mesas de la pista de Funes junto a compañeros y compañeras del Peralta Atlético, pero además hablando y charlando con muchos otros participantes.
La noche estaba buenísima, además de estar a cubirto, así que alargamos la estancia todo lo que pudimos. Tal es así que vimos el recibimiento de los participantes menos rápidos junto con los voluntarios escoba y con un fondo de llegada precioso con el disparo de fuegos artificiales, anunciando el final de carrera.
Prácticamente seguido, hubo los mencionados reconocimientos al más joven, al más veterano, al de más lejos y a los mejores tiempos tanto masculino como femenina. Una vez entregados eso premios y tras la gran ovación que se llevaron los organizadores mientras se hacían la foto final, nos marchamos a casica. Ha recoger. Ha descansar. Había sido un día intenso, pero bien mereció la pena.
Otra para contar. 4/4 Dos corriendo, una de voluntario y otra andando.
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