martes, 21 de mayo de 2024

CRÓNICA OLIMPIADAS VALLE DEL ARAGÓN "DESDE EL MICRO"

Para todo hay una primera vez. Y en esta ocasión, para mí era la primera vez que iba a locutar unas pruebas escolares y por otro lado, también iba a ser la primera vez que iba a locutar unas pruebas de atletismo en pista, concretamente, en el campo de fútbol el Villar del C.D. Larrate, adaptado, ni más ni menos, que para celebrar el 50 ANIVERSARIO de las OLIMPIADAS ESCOLARES VALLE DEL ARAGÓN, en Carcastillo.

Recibí hace bastante tiempo una llamada del Centro Escolar de Carcastillo. Me cuentan por teléfono lo que suelen hacer y preparar y me dicen además que se celebra el 50 aniversario, así que aún más motivo para poner todo de nuestra parte y confirmar nuestra presencia.

Empecé a indagar un poco sobre el evento y como pilla cerquita de casa y coincido con bastante gente de los pueblos participantes, comienzo a informarme bien de lo que es el evento, de lo que se celebra, de como lo viven, de como lo preparan. Guay, pinta muy bien.



Me recuerda mucho a cuando participaba yo en el deporte escolar y nos juntaban un sábado al mes a los pueblos de Funes, Marcilla, Peralta y Falces para jugar partidos entre nosotros, pero en nuestro caso era sin ningún tipo de premio ni medallas. Almuerzo y bebida y disfrutar de estar correteando por el patio del colegio correspondiente esperando a que te dijesen que ya te tocaba pista para poder jugar.

Aquí la diferencia era que si que hay una premiación y unas medallas por pruebas y que de manera anticipada en cada centro escolar, en su día a día, me imagino que preparan las olimpiadas a conciencia, cada centro a su manera, pero intentando presentar a los escolares que más destaquen en cada modalidad. Desconozco totalmente como lo hacen. Ésto es intuición personal.

Un medio día nos pasamos por el Centro Escolar Virgen de la Oliva para conocer in-situ el lugar de las pruebas, ponernos cara también con las organizadoras de las jornadas y recibir toda la información posible del evento. Estuvo bien. Nos dio para conocer muchos más detalles de todo lo que supone ya no sólo organizar el evento, sino vivirlo y sobre todo el sentimiento con el que se trabaja para sacarlo adelante. 50 ediciones. La responsabilidad y el peso de la historia que te cae cuando te toca ser organizador es mucha.

La semana pasada fue semana de llamadas, whatsapp, correos... para el equipo de organización no fue nada fácil ya que además tienen que compaginarlo con seguir el calendario escolar, pero bueno, pudieron con todo y llegamos a la mañana del viernes con todas las cosas y funciones claras.

Como en cualquier evento deportivo a los que estamos acostumbrados a acudir, para cuando nosotros llegamos, y mira que vamos pronto, ya había gente por allí y muchas cosas adelantadas. Montamos lo que teníamos que montar, le dimos al play y a funcionar.





Banderolas de los pueblos, aros olímpicos colgados en la grada, un 50 enorme en mitad del campo, flores, cintas adornando, las calles por donde debían hacer las pruebas marcadas en el terreno de fútbol... Todo al detalle.

La primera parte fue más protocolaria y es así como se viene haciendo. Primero la recepción en una de las plazas de Carcastillo de los centros escolares participantes. Mélida, Murillo el Fruto, Rada, Caparroso, Santacara y el anfitrión Carcastillo. Recuerdo especial también para Figarol, pero que hace 2 años cerró el Centro Escolar y ahora pertenecen al de Carcastillo.

Hicieron un paseillo portando los carteles de cada localidad por las calles del pueblo. Una vez que llegaron al estadio, les dimos paso uno por uno para realizar una foto individual y después una grupal en el centro del campo. Estaban los 6 colegios pertenecientes al Valle del Aragón con más de 400 escolares y sus respectivos profesores. Terminamos esta parte con la apertura de botes de humos de cada color con los que los centros son equipados.





A continuación, dimos paso a la lectura del pregón por parte de Manuel Ángel, maestro fundador de las Olimpiadas Escolares en 1972 y tras su lectura escuchamos una jota cantada y creada por Iker Gay.

Despejamos la zona del campo y cada centro escolar ocupó su lugar correspondiente. Comenzamos con la parte deportiva. Primero con las pruebas de velocidad. Una recta de 40 o de 60 metros según la edad. Hay que remarcar que en estas olimpiadas participan los alumnos de primaria.

Seguido de la velocidad vinieron las pruebas de relevos que estuvieron muy emocionantes por lo rápido que se desarrollaban y la alternancia que había en cada entrega de los testigos.

Tras esta parte, le siguió la premiación de estas pruebas y a almorzar. Íbamos un poquito pillados de tiempo, así que decidieron que mientras almorzaban los alumnos comenzábamos con la segunda parte de las pruebas en la que aquí se iba a celebrar, de manera simultánea, lanzamiento de peso, salto de altura y salto de longitud, esta última prueba, se desarrolló en los aledaños del cambo de fútbol, ya que se requería de un pequeño foso de salto. Estuvieron también emocionantes estas pruebas.

Nos quedaba la última modalidad. La de fondo. Se iba a llevar a cabo a través de las calles marcadas para las pruebas de relevos y según la edad debían dar una vuelta, dos o tres los más mayores. Era como estar en cualquier carrera popular de los fines de semana. Una auténtica gozada.


Tocó de nuevo la parte protocolaria de la premiación de estas pruebas y antes de despedir y cerrar el evento, hubo tiempo para un homenaje a Ana Lecumberri, directora del colegio de Santacara que está próxima a su jubilación. Además, vivimos también el paso de responsabilidad, el paso de cargo, el paso de ilusión por organizar la edición número 51. El colegio de Carcastillo pasó el relevo al colegio de Caparroso. 

Este gesto no es un gesto sin más. Este gesto es darle un centro escolar a otro, ni más ni menos que la BANDERA OLÍMPICA, que contiene por un lado los aros olímpicos y por otro los escudos de los pueblos participantes.




Había que ir poniendo punto y final. Los más de 400 alumnos se iban ya cada uno a su autobús para regresar a casa y por allí sólo quedaban los del centro de Carcastillo. Aún nos dio tiempo a echar unos bailables junto al alumnado de Carcastillo y con los profesores del centro para terminar el evento por todo lo alto.

Personalmente, disfruté muchísimo viviéndolo desde el micrófono. Reconozco ser un privilegiado. Las organizadoras tenían todo controlado, los alumnos compitieron con deportividad, el resto animó también con mucho respeto. El público congenió y colaboró 100% cuando se les reclamó que así lo hiciesen. Una gran experiencia la que me llevo y que ojalá tengamos la oportunidad de volver a repetir en alguna otra ocasión.

Gracias Berta, Laura y Rosa por ponerme las cosas tan fáciles. Gracias por vuestra confianza. 



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