Espiritualidad, historia, arte y naturaleza. Eso es lo que puedes encontrar en un paraje espectacular como es el del Monasterio de Leyre y sus alrededores. Unos alrededores impresionantes como es la bonita Sierra de Leyre.
Desde la primera edición de la Juan Migueliz, esta carrera ha estado en boca de muchos participantes debido a lo bonito de la zona para realizar una carrera, así como de la dureza y tecnicidad de la prueba. 21 kilómetros con 1.400 metros de desnivel positivo y con zonas muy, pero que muy técnicas para correr, pero que se suple el no poder correr con los paisajes que te ofrece el recorrido.
Mi experiencia con Leyre Trail venía de mi participación como corredor en la edición de 2017 y en la de 2019, donde participé en el kilómetro vertical que realizaron ese año. Primera y última vez del vertical.
Miguel Ángel, presidente del Club de Montaña Trotecuto, me comentó la posibilidad de que para esta edición pudiese estar como Speaker Oficial de la prueba. Para mi era un orgullo y un reto importante, puesto que se trataba de una de las carreras más importantes de trail de Navarra.
La fecha nos encajaba y la podíamos compaginar con otro evento que teníamos a la tarde y que llevamos haciendo desde nuestros inicios, así que adelante con ello. Confirmábamos nuestra presencia para la edición de 2025 y directamente nos poníamos a trabajar para dar lo mejor de nosotros en el evento.
Tenía muchas ganas de volver a Sierra de Leyre, me trae buenos recuerdos siempre esa zona, así que el domingo pasado, tras el evento de Roncesvalles- Zubiri, quedé con Miguel Ángel para hacer el reconocimiento al recorrido corto que además iba a ser la novedad de esta edición y de paso poner en común toda la información de la prueba y que mejor manera que hacerlo in-situ, disfrutando de cada rincón de la carrera.
El día de la carrera tocó madrugar para desplazarnos hasta las inmediaciones del Monasterio. Era de noches todavía cuando llegamos, pero para entonces gran cantidad de voluntarios estaban por la zona del parking donde se monta la salidad/ llegada junto con una carpa enorme, vestuarios, stand, carpas de cruz roja para masajes... Impresionante la logística que requiere esta carrera. E impresionante también la cantidad de voluntarios con los que cuenta esta carrera. 300 voluntarios. Prácticamente un voluntario por participante.
Rápidamente, nos pusimos manos a la obra con nuestra tarea, ya que debíamos montar nuestra parte de megafonía. Suerte que conté con la ayuda inestimable de mi familia y entre todos fuimos tirando cables para rellenar el espacio de música y de ambiente.
Hicimos unas pruebas de sonido y es que, al ser día festivo y coincidir con la celebración de la misa, íbamos a tener que estar un pequeño rato sin poder usar la megafonía. Se probó por si se podía poner más baja, pero se decidió hacer lo que nos habían pedido. No utilizar megafonía en un horario determinado.
La zona iba cogiendo color a medida que se iba acercando la hora de mandar a los corredores al corralito de salida. La lluvia no quería perderse estos actos previos e hizo acto de presencia. "Corredores, Corredoras... aquellas personas que van a participar en la I edición del recorrido corto de 7km y 600m+, por favor, vayan entrando al corralito de salida".
Aquí tomó la palabra Miguel Ángel con unas palabras muy emotivas. Después, Juan Migueliz padre, cortó la cinta y el grupo de dantzas Rocamador de Sangüesa nos deleitó con un precioso baile de bienvenida.
Fueron casi 70 participantes los que tomaron la salida en esta primera edición para enfrentarse a la dura subida por la Cañada hasta el Portillo y después ir hacia la Cruz del Castellar y de nuevo, perder todo el desnivel a través de un sendero precioso en bajada lleno de boj y haya, bastante técnico y repitiendo prácticamente el primer kilómetros y medio, pero esta vez, en lugar de realizarlo en subida, lo tenían que hacer en bajada.
Mientras estos participantes se encontraban disfrutando o sufriendo de la Sierra de Leyre, en la zona de salida teníamos preparadas a otras 250 personas que se iban a ir a echar la mañana por el monte. Primero con la subida al Portillo, después a los rasos de Bigüezal llegando a la zona más este de la Sierra de Leyre y regresando a la zona del Portillo pasando por el Paso del Oso, un agujero natural en la roca desde donde se divisa el pantano de Yesa.
Tras el paso por el portillo por segunda vez en el kilómetro 8, les esperaba ir a conocer la zona oeste, acercándose hacia la Foz de Arbayún y teniendo que salvar el desnivel de 400+ en apenas un kilómetro con la dura subida de "trotecuto", nombre del club, hasta el punto más alto de la carrera, Arangoiti a 1355 metros de altitud.
De ahí a meta, parecía que ya estaba hecho, pero les quedaban cuatro kilómetros y medio, primero con varias rampas rompe-piernas y después la bajada por el mismo recorrido por el que terminaba la prueba corta.
La prueba corta en categoría masculina, tuvo alternancias en la cabeza de carrera llevándose la victoria en los metros finales Egoitz Zozaia y en la categoría femenina Uxue Seminario fue la vencedora. Por su parte, Xabier Macías ganó con autoridad la carrera de 21 kilómetros al igual que lo hizo Irene Artázcoz.
Tanto Xabier como Irene se quedaron muy lejos del récord de la prueba y por lo tanto, para la edición del 2024, si todo se repite como hasta ahora gracias a la empresa Leadernet, el bote del récord asciende a 2.400€. Menudo pellizco.
Durante 2 horas desde que entrase el primer clasificado estuvimos recibiendo participantes en la bonita línea de meta de Juan Migueliz. Disfrutamos, lo pasmos bien, nos divertimos junto a los compañeros del streaming y del cronometraje. Charlamos con muchos de los participantes. Dimos una vuelta por la zona viendo el stand de las manualidades que habían preparado para la espera de los familiares más pequeños y vimos como hacían las migas de pastor para ofrecer a los corredores al llegar a meta.
Para la entrega de premios nos traslademos al interior de la carpa y allí dimos las gracias por su presencia a varios representantes de diferentes instituciones de la zona, así como a representantes encargados del patrocinio de la prueba.
Para cuando terminamos de dar los premios, mi familia ya se había encargado de recoger gran parte de la megafonía y es que, teníamos que salir pitando para poder llegar a tiempo a la carrera de la tarde que se celebraba en Olite, la Carrera Ruta del Vino de Navarra. Siempre agradecido a mi gran familia por todo lo que hacen por mí.
Miembros de la organización también nos ayudaron para agilizar todo, así que agradecidos también a ellos por la ayuda y colaboración. Es la vida del titiritero. Jajjajjajja.
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