Ganarse la confianza de la gente a base de pasión y trabajo es una de las mayores satisfacciones que se pueden tener. Como diría Víctor Küppers, “hay que hacer las cosas ordinarias de manera extraordinaria”. Y eso, al final, es lo que marca la diferencia.
Con ese espíritu, el pasado 8 de junio nos presentamos en Regumiel de la Sierra (Burgos). Allí conocimos al equipo Duruelo Bike, que organizaba su BTT el sábado 2 de agosto. No dudaron en pedirnos el contacto, charlar con nosotros y, finalmente, llegar a un acuerdo para que cubriéramos su evento deportivo.
Esa confianza en el grupo fue clave para poder ajustar ciertos detalles y así hacer posible lo que parecía complicado: estar presente en ambos eventos el mismo fin de semana.
Como por la zona de la plaza no había mucha gente, y la prueba en el kilómetro 11 pasaba a apenas 300 metros de donde estábamos, fuimos a dar ánimos a los participantes en un paso que se las traía: un tramo de apenas 1,50 metros bajo un puente, donde los ciclistas tenían que agacharse montados en la bicicleta y además cruzar el río.
Un punto curioso y bonito, donde la gran mayoría de familiares se acercó para animar a los corredores.
Del recorrido no pudimos ver mucho más, pero sí nos hicimos una idea gracias a los participantes que, al llegar a meta, nos contaban su experiencia y nos destacaban pequeñas anécdotas vividas durante la prueba.
Lo que sí podemos destacar es que en meta les esperaba un gran avituallamiento para recuperar fuerzas.
Para la entrega de premios se acercaron autoridades de diferentes localidades que, como ya hemos comentado, forman parte de la Comarca Pinares, uniendo Soria y Burgos.
Eventos como esta BTT, además de dar a conocer la localidad en concreto, ayudan a poner la Comarca Pinares en el mapa nacional. De hecho, el pasado 2 de agosto había representantes de hasta 16 provincias.
Antes de irnos, agradecimos enormemente a Jose y Celia su confianza para que pudiéramos cubrir el evento, así como la buena acogida y atención que nos dieron.
Nos dio pena no poder quedarnos más tiempo y disfrutar de la comida post-evento, donde seguro que se vivió un gran ambiente, pero debíamos volver a nuestro pueblo, Falces, para estar presentes en el Pilón Trail Txiki, las carreras infantiles que se celebran el sábado por la tarde, previo al Pilón Trail (próxima crónica).
Así que, como ya he dicho, fue un placer conocer una nueva organización, un nuevo pueblo, y contar con el apoyo y la confianza de tanta gente para poder sentirnos, una vez más, como en casa.
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