El pasado sábado por la mañana se celebró en Tierra Estella una nueva edición del Rally de Regularidad Estella-Lizarra Camping Aritzaleku. Fue la tercera edición del rally y también nuestra tercera participación en él como speaker del evento en la zona de salida.
Para aquellas personas que no están relacionadas con los Rallies de Regularidad, os diré que un rally de regularidad es una modalidad del automovilismo en la que no gana quien llega más rápido, sino quien mantiene una velocidad media constante y lo más exacta posible a lo largo de un recorrido establecido.
Las características principales son:
Precisión, no velocidad: Los participantes deben seguir un tiempo ideal predeterminado entre distintos puntos de control, manteniendo una velocidad media (por ejemplo, 50 km/h). Llegar demasiado pronto o demasiado tarde penaliza.
Recorrido abierto: A menudo se realiza en carreteras abiertas al tráfico (con reglas de circulación normales), lo que lo diferencia de los rallies de velocidad en circuito cerrado.
Instrumentación: Los equipos suelen contar con cronómetros, tablas de tiempos, cuadernos de ruta y, a veces, instrumentos de medición especializados. Está permitido el uso de copiloto, que ayuda a calcular y mantener el ritmo correcto.
Vehículos clásicos: Muchos rallies de regularidad se realizan con coches clásicos o históricos, aunque también pueden participar vehículos modernos según el reglamento. En el caso del Rally de Estella- Lizarra, el reglamento marca una antigüedad de 25 años.
Una vez más, Alberto y Ángel, del equipo de Guembe Classic, fueron quienes nos facilitaron gran parte de la información sobre el desarrollo del evento. Posteriormente, realizamos nuestro propio proceso de investigación para empaparnos del mundillo del motor.
El lugar de salida fue, por tercera edición consecutiva, el Camping de Aritzaleku. Allí se habilita una zona del aparcamiento para que los vehículos participantes se coloquen en sus lugares correspondientes. Una vez todos están en su sitio, aquello se convierte en un auténtico museo del motor. Los coches, con más de 25 años de antigüedad —como mencionamos anteriormente—, están cuidados de maravilla por sus dueños.
Antes de las 8:30 comenzaron a llegar los primeros participantes. Algunos ya eran conocidos de ediciones anteriores y se alegraban de vernos una vez más animando la previa. También tuvimos la oportunidad de conocer a parte del equipo de organización y a los cronometradores del evento, quienes ya estaban repartiendo los roadbooks —esos libros que contienen todos los datos del recorrido y que revelan, en ese mismo momento, un trazado que hasta entonces se mantiene en secreto—.
Mientras los participantes revisaban todo, nosotros aprovechábamos para hablar con ellos: que nos contaran de dónde venían, cómo preparaban la prueba, cómo la veían... Algunos estaban más nerviosos, otros totalmente relajados, y varios confesaban que su principal objetivo era “no perderse mucho”, aunque ya sabían de antemano que acabarían perdiéndose... ¡jajaja! El objetivo principal, siempre: pasarlo bien, divertirse y descubrir lugares distintos.
También nos dimos una vuelta por la campa para ver todos los coches y agradecemos a Aitor Garmendia que nos explicara cómo se realiza un Rally de Regularidad con instrumentos (el vídeo está disponible en mis redes sociales de Instagram y Facebook, @AROSPORT_ALEXREMONOCHOA). Los instrumentos a los que se refiere son tablets donde están introducidos previamente todos los datos. Existe otra categoría, sin instrumentos, en la que los participantes realizan el rally únicamente con el cuentakilómetros del coche y un cronómetro tradicional.
A las 10:30, Ángel dio el briefing técnico para aclarar algunos detalles de última hora. En ese mismo momento, salía el coche con el dorsal "doble 0", el vehículo de la organización que realiza el recorrido previamente para detectar y comunicar cualquier posible incidencia en el trazado establecido.
Diez minutos más tarde, otro coche de la organización —esta vez con el dorsal 0— salía también para hacer una segunda verificación del recorrido. A las 10:45, puntualmente, dimos la salida al primer coche de la mañana. Como todo está medido al detalle por tiempos, los propios participantes saben con precisión el momento exacto en el que deben iniciar la marcha.
Aquí es cuando nosotros entramos en faena. En menos de un minuto tenemos que presentar al piloto, al copiloto, sus procedencias, el coche con el que competirán y su año de matriculación. Y, si además podemos, les hacemos alguna preguntilla rápida para ponerles todavía más nerviosos o nerviosas, ya que alguna mujer también se deja ver en estos rallies.
Fueron 69 participantes en esta tercera edición, por lo que estuvimos aproximadamente 1 hora y 10 minutos hablando de manera intensa mientras realizábamos todas las presentaciones. Es curioso, pero cuando veíamos que cada vez quedaban menos coches en la campa y que aquello estaba llegando a su fin, nos daba un poco de pena, porque realmente ahí terminaba nuestra labor.
A los pilotos y copilotos les esperaba una jornada preciosa para descubrir la zona de Tierra Estella, pasando por localidades como la propia ciudad de Estella, Zudaire, Puerto de Urbasa, Alsasua, Puerto de Lizarraga, Abárzuza, Peñas de San Fausto, Villamayor de Monjardín y Arróniz, donde se realizó un reagrupamiento de coches y una parada para comer antes de retomar la jornada de la tarde. Esta continuación los llevó por el Polígono de Villatuerta, Pantano de Alloz, Irure, Alto de Guirguillano, Salinas de Oro, Puerto de Ulzurrun, Ulzurrun, Puerto de Goñi, Aizpún, Alto de Guembe, Guembe, Polideportivo Guesalaz, Arizala, Villatuerta y, finalmente, por primera vez, a la Plaza de los Fueros de Estella, donde se vivió el final del rally y la entrega de premios.
Nosotros, como es habitual, por la tarde no podemos compartir con esta buena gente el momento de la llegada, ya que de Estella nos marchamos directamente a otro evento en Pamplona, la Media San Fermín. Sin embargo, sí aprovechamos, y agradecemos tanto a la organización como al Camping Aritzaleku, que nos permiten utilizar sus instalaciones para darnos un baño en su piscina y hacer uso de sus duchas. Comer allí es obligatorio, pues se come de maravilla.
Quiero agradecer personalmente tanto a Alberto como a Ángel todo lo que se preocupan por mí y por que no me falte de nada durante su evento, así como la confianza, un año más, para poder vivir su rally “desde el micro”. Visto lo visto, y con el tirón que tiene este rally, mientras sigan contando con apoyo y ellos no se cansen, el Rally Estella-Lizarra, Camping Aritzaleku, seguirá sumando ediciones.
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