Qué bonito es cuando una persona te habla con los ojos brillantes, con la voz entrecortada, con emoción. Cuando te abraza, te da mil y una veces las gracias. Cuando, aunque por dentro tenga dudas de última hora, confía en que todo saldrá bien.
Cuando te comparte asuntos personales, porque su mente, su alma y su corazón se han volcado durante semanas en cuerpo y alma por y para Ortigosa de Cameros, por y para Ortigosa Trail.
Henrik Vacun, eres muy grande. Henrik Vacun, zelo si velik.
Hace ya muchos años que conozco a esta gran persona. Coincidimos en muchas —muchísimas— carreras, cuando yo me ponía un dorsal en el pecho prácticamente cada fin de semana. Aquella amistad deportiva se fue manteniendo con el tiempo, creciendo, especialmente en sus participaciones en Pilón Trail.
Más adelante, volvimos a cruzarnos en el Trail de Codés: yo trabajando, él ayudando, siempre echando una mano con generosidad. Y así fue como surgió la oportunidad de compartir experiencia en Ortigosa Trail, en la edición del pasado año. Henrik coordinaba el evento y me propuso estar como speaker. Tan bien salió todo, que este pasado sábado, 28 de junio, hemos vuelto a repetir como speaker en la IV edición de Ortigosa Trail.
Tal es su generosidad, que el viernes, cuando llegué a Ortigosa de Cameros por la tarde-noche para evitar el madrugón del día siguiente, no dudó en invitarme a cenar en su casa, junto a otros voluntarios y personas del equipo que, como yo, íbamos a trabajar en el evento. Detalles como ese marcan la diferencia. Y hacen grande a Ortigosa Trail.
Tras una gran cena casera y un buen rato de charla, tocaba ayudar a Henrick a marcar el pueblo y dejar todo finiquitado. Mejor hacerlo esa misma noche, con calma, y así a la mañana siguiente podríamos dedicarnos a otras tareas con más tranquilidad. Así es Ortigosa Trail: trabajo, entrega, muchas manos, y también momentos compartidos que se quedan para siempre.
Ya por la mañana, sobre las 6:00, nos acercamos a la plaza del pueblo. Para entonces, Alberto, coordinador del circuito La Rioja Mountain Races Chiruca Experience, ya estaba allí. Otro incansable, que no descansa y siempre está dispuesto a ayudar en todo lo que puede en cada una de las carreras del circuito.
Poco a poco fueron llegando más voluntarios y voluntarias, y también los corredores más madrugadores, que venían a recoger su dorsal y la completa bolsa del corredor en los bajos del ayuntamiento.
Aquí tuvimos un pequeño descanso, ya que la segunda salida estaba programada para las 9:00 de la mañana. Era el turno del Recorrido Medio: 24 kilómetros con 1.140 metros de desnivel positivo.
Esta distancia tenía un aliciente especial, porque además de disputarse la victoria de la prueba, también se decidía el desenlace de la Copa Primavera del circuito La Rioja Mountain Races, formada por las carreras de Nieva de Cameros, Matutrail, Desafío Albelda y, por supuesto, Ortigosa Trail. Ambiente de emoción, nervios y mucha ilusión antes de la salida.
Treinta minutos más tarde, era el turno de la carrera con mayor participación de la mañana: el Recorrido Corto, de 15 kilómetros y 750 metros de desnivel positivo. Además de cerrar la Copa Primavera en la categoría de distancias cortas, esta prueba ofrecía una opción más relajada: se podía recorrer la misma distancia en formato marcha, con salida cinco minutos más tarde.
Una propuesta accesible y para todos los gustos, pero con el mismo espíritu: disfrutar de la montaña, del entorno y de una jornada inolvidable en Ortigosa de Cameros.
Entre la última salida y la llegada de los primeros corredores, calculábamos poquito más de una hora de margen. Así que aprovechamos ese rato para tomarnos un pintxo y un café, recargar energías y coger fuerzas para el resto de la mañana. Un momento de calma dentro de la intensidad del día, compartido entre compañeros, sonrisas y ese ambiente tan especial que se respira en los eventos deportivos.
Desde la llegada del primer participante, entrando a la Plaza Alberta Martínez por uno de los muchos callejones que tiene este pueblo de apenas 250 habitantes, construido en las laderas de un valle, hasta que llegó el corredor menos rápido, pasaron cerca de cuatro horas y media.
Cuatro horas y media llenas de animación, entrevistas y el descubrimiento de historias increíbles entre los casi 300 participantes que contó el evento.
La verdad es que el calor nos apretó de lo lindo. La fuente de la plaza se convirtió en el mejor lugar para meter la cabeza y refrescarse, y buscar un poquito de sombra también se agradecía. Hidratarnos bien era fundamental.
Cualquier cosa valía para sobrellevar la espera hasta la entrega de premios, donde reconocimos a los mejores de las diferentes distancias y también a los ganadores de la Copa Primavera del Circuito La Rioja Mountain Races Chiruca Experience.
Tras la entrega de premios, llegó el turno del alma de Ortigosa Trail: el gran Henrick quiso despedir el evento, y así lo hizo. Con unas palabras llenas de sentimiento y pasión, emocionó a todos los que estábamos allí presentes, que le correspondimos con un fuerte aplauso.
El punto final de Ortigosa Trail tiene lugar en la sociedad de la Unión Tertulia Ortigosana. Allí, más voluntarios de la prueba preparan un fideuá exquisito que, además de servir para reponer fuerzas, une aún más a organización y corredores, y sobre todo, a corredores entre sí.
Un espacio donde todos nos mezclamos en las mesas para compartir un buen rato de conversación, hablando de la carrera y de los próximos objetivos que nos esperan.
Si te organizas, da tiempo para todo.
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