sábado, 22 de noviembre de 2025

CRÓNICA ITURBERO TRAIL "DESDE EL MICRO"

Iturbero Trail es otra de esas carreras creadas por corredores para corredores, donde se cuida cada detalle y se prioriza el buen trato por encima de la masificación. Lumbier, una localidad de la comarca de Sangüesa con unos 1.300 habitantes, acogió el pasado domingo 16 de noviembre la 3ª edición de la Iturbero Trail, que además puso el broche final al Campeonato Ekialde 2025.

Y es que, en esta tercera edición —al igual que en la segunda—, el cupo máximo de participantes volvió a fijarse en 200 personas. Muchas se quedaron fuera por no llegar a tiempo a conseguir un dorsal. Los organizadores, corredores experimentados en pruebas de trail, cuentan con suficientes compromisos y amistades como para saber que la carrera iba a estar, una vez más, impecablemente organizada.

Por tercer año consecutivo, y como en cada una de sus ediciones, me presenté en la plaza de Lumbier a primera hora de la mañana. Serían alrededor de las 8:00, el mismo momento en el que estaban citados los voluntarios y voluntarias para empezar a preparar toda la zona de salida y llegada.



Pocos cambios —por no decir ninguno— respecto a las ediciones anteriores. Así que, sin perder tiempo, cada cual se puso a lo suyo para dejarlo todo niquelado antes de que empezaran a llegar los participantes a recoger la pedazo de bolsa del corredor, repleta de productos de Argal, 226, Kaiku, Estrella Galicia, Josenea y A 4X km. (A mí también me cayó una, gentileza de la organización).

La tarde anterior había participado, con dorsal, en otra carrera que se celebraba en Navarra: Larreak Bizirik. Varios corredores tenían pensado hacer doblete, igual que yo; la diferencia es que ellos iban con dos dorsales y yo con un dorsal… y un micro. La cuestión era volver a encontrarnos y disfrutar de ese ambiente tan bueno que se respira en los momentos previos a cualquier carrera.

A las 10:00 comenzaba con las carreras infantiles. Varias pruebas a lo largo de la Calle Mayor fueron animando la mañana y creando un ambiente magnífico. En esa misma calle ya estaban instalados los puestos del mercadillo que, un año más, se sumaban al evento para dar visibilidad y complementar los servicios ofrecidos a los participantes.

Txapel, con sus cervezas; Magalean, con ropa de alma rural; Txusa, con sus cremas; Blanca, con su propuesta de librería y juegos; y Saida y Roberto, dando visibilidad a ANECS (Asociación de Niños Enfermos de la Comarca de Sangüesa) además de ofrecer queso y galletas para deportistas. Estos fueron los puestos que este año llenaron de vida y color el evento.

A las 11:00 tocó dar la salida a la prueba absoluta. Una única distancia de 10,5 kilómetros con 550 metros de desnivel positivo que llevaría a los corredores por la Sierra de Leyre, en un recorrido relativamente sencillo y corto para todo lo que podría dar de sí la zona. Siguiendo el trazado de las ermitas —recientemente balizado y limpiado—, los participantes alcanzaban el punto más alto: Romastaca, a 933 metros de altitud.



El recorrido ofrecía pasos muy curiosos, como el Puente de las Cabras, el entorno de la fábrica de Argal o zonas de mucha vegetación que, después de las últimas lluvias, estaban especialmente bonitas. También había tramos técnicos, como el inicio de la bajada, con lajas resbaladizas que obligaban a extremar la precaución. Y, para rematar, un final de carrera exigente, con un buen cuestón que llevaba directamente a la zona de meta, donde se concentraba más público para animar a los participantes en sus últimos metros.

Desde mi posición en meta no puedo ver esa última cuesta, pero aun así apuré hasta el último instante para descubrir quién y cómo aparecería el primer corredor a unos 100 metros de la llegada. En cuanto lo vi asomar, salí corriendo hacia la meta para recibirlo y ver de cerca cómo entraba el primero. Además de cruzar el arco de meta metálico y personalizado, tuvo el honor de ser también el primero en hacer sonar el gran cencerro que cuelga allí. Eduardo Esteban se llevó la victoria sumando una mas a su palmarés.

Ya desde mi posición en meta fui nombrando y animando a todos los participantes que iban terminando la carrera, hasta que llegó la primera chica: Ilargi Pérez, la más rápida de la mañana del domingo.

Entre la llegada del primer participante y la del último transcurrió casi una hora en la que estuve recibiendo a corredores con sensaciones muy distintas. Ese final tan exigente les cambia la expresión en cuestión de segundos.



La llegada del participante más lento de la mañana se vive con bastante expectación en esta carrera, ya que la organización tiene un detalle muy especial con esta persona: entregarle un trofeo, una zoca. Debe guardarla durante todo el año y, en la edición siguiente, devolverla en la carrera para que el nuevo último clasificado se la lleve a su casa.

Antes de que llegase el último participante, también di paso a la apertura del lunch. Un ágape muy completo en la plaza, que sirve para que corredores, corredoras y familiares disfruten de un buen rato, más aún con la magnífica temperatura que tuvimos.

En la parte protocolaria de los premios comenzamos con los sorteos entre los participantes, con comidas y cenas en varios establecimientos de Lumbier. A continuación se entregaron los premios absolutos y locales de la carrera, así como los correspondientes a la clasificación general del Campeonato Ekialde, que incluye las pruebas de Liédena, Aibar, Burgi, Otsagabia y Lumbier.

Para el final quedó la tradicional foto de familia de los voluntarios y voluntarias de Iturbero Trail. Después, se sorteó entre ellos un premio muy esperado por todas las personas que hacen posible esta carrera.

Sin tiempo para más, despedí la jornada hasta el año que viene. Así que ya saben: si quieren disfrutar de otra bonita carrera, estén atentos y atentas, porque los dorsales vuelan.

martes, 18 de noviembre de 2025

CRÓNICA LARREAK BIZIRIK "DESDE DENTRO"

Ya tenía ganas de escribir una crónica “desde dentro”, porque casi se me había olvidado qué se siente al ponerse un dorsal y darlo todo en una carrera. Fue este pasado sábado, en Larreak Bizirik, y antes incluso de correr ya había sido uno de los más rápidos… pero solo en apuntarme. La organización ofrecía 150 dorsales y volaron en cuestión de minutos, así que tuve la suerte de reservar el mío a tiempo.

Había visto imágenes y vídeos de otras ediciones y la carrera tenía muy buena pinta por varias razones. La primera, porque se celebra de noche, y eso ya le da un toque muy especial. La segunda, porque se veía que los habitantes de Olaz-Subiza y de la Cendea de Galar se vuelcan con la organización: se visten con trajes típicos, incluyen figuras mitológicas y crean un ambientazo increíble. Y la tercera, porque detrás del evento está el mismo equipo que organiza la Galar Trail, que es un carrerón. Vamos, que tenía alicientes de sobra como para no perderme la cita.



Pues el sábado 15 de noviembre, sobre las 16:30, llegué a Olaz (Cendea de Galar). La tarde pintaba mal: lluvia, viento y frío. Pero, como contra eso no podíamos hacer nada, simplemente tocó adaptarse a la climatología y resguardarse donde se pudiera.



Recogí la bolsa del corredor en el edificio del Concejo de Olaz donde se incluía camiseta del evento, dos caldos de aneto y dos paquetes de filipinos, además del dorsal, imperdibles y pegatina para la consigna. La sorpresa vino en el sobre del dorsal, que incluía una tarjeta escrita a mano . Allí dentro se estaba de maravilla, así que aproveché para tomarme un café calentito a ver si entraba en calor. Poco a poco fueron llegando más corredores, y alguno que otro se sorprendió al verme por allí con pintas de correr… jajajaja. Al fin y al cabo, muchos solo me conocen con el micro en la salida, no con un dorsal puesto.

Di una vuelta por el frontón para ver el ambiente y la carrera infantil, y me encontré con muchas más caras conocidas que apuraban la hora para recoger el dorsal. Empezaron a caer las primeras gotas, así que me metí en el coche para resguardarme y terminar de prepararme para la carrera.

Y entonces llegaron las dudas: cortavientos sí, cortavientos no. Para el calentamiento estaba claro que sí; para la carrera… ya veríamos.

Calenté trotando por el pueblo, pero al ser pequeño (34 habitantes según el INE 2024), tocó dar varias vueltas por las mismas calles. Un poco de movilidad de tobillos —que siendo un trail nocturno había que llevarlos bien despiertos— y unas progresiones, porque la carrera era corta, apenas 6 kilómetros, y el primer kilómetro además era favorable. Ya me avisó Mikel Esteruelas: “El año pasado, el primer kilómetro salió a 3:30”. Jajajajaja… Estamos entrenados, sí, pero no para arrancar a esos ritmos.

Momento salida. Momentazo salida. Música potente, bengalas y los personajes de la carrera haciendo su baile de bienvenida delante de los corredores. Nada más arrancar, pasillo de bengalas y antorchas antes de meternos en el monte en los primeros metros. Como era lógico, todo el mundo salió a tope desde el principio. El camino era ancho, así que adelantar —o que te adelantaran— no suponía ningún peligro.

Por delante teníamos unos 6 kilómetros con tres subidas, y ya nos habían avisado de que la más dura sería la última.

No conocía nada del terreno. Verse, se veía poco si levantabas la vista, pero los senderos y los caminos eran espectaculares, más aún iluminados solo por nuestros frontales. Llegamos a una zona con bastante animación y, viendo ahora el recorrido, resulta que era lo que se conoce como el Pozo de la Sal. Ahí sí que había muchísima gente: antorchas, velas y un ambientazo increíble. Eso nos dio fuerzas para afrontar la última subida, corta pero intensa, que nos llevó hasta la ermita de San Miguel, la última cumbre antes de un descenso rápido, primero por sendero y luego por pista, para regresar de nuevo a Olaz.

Buen calentón: 30 minutos clavados, ni un segundo más ni un segundo menos, para terminar en la posición 19 de los 140 participantes en meta. El tiempo y la posición son lo de menos, lo cuento solo como anécdota. Lo realmente importante es que volví a sentir buenas sensaciones a estos ritmos, algo que no experimentaba desde hacía muchísimo tiempo. Ahora entreno con más continuidad, aunque las carreras de fin de semana cada vez se espacian más. Pero no me preocupa: también disfruto, y mucho, con el micrófono en la mano.


Al llegar a meta nos esperaba un caldo bien calentito, más que necesario, y nuestra mochila en el guardarropa para cambiarnos rápidamente, ya que no había servicio de duchas. Así que tocó quitarse la ropa mojada rápido, mientras charlaba con mi primo Asier, que ya tiene mérito: venir desde Falces a Olaz a ver la carrera con la tarde tan desapacible que teníamos.

Tras la carrera tocó disfrutar del Pintxo Pote que ofrecía la organización, un momento en el que nos juntamos todos y charlamos hasta que nos invitaron a salir al frontón. Allí se entregarían los premios y los vecinos de Olaz, vestidos para la ocasión, nos deleitaron con un baile muy especial.



Poquito más que contaros. Ganaron Andrés Roncal y Ainara Alcuaz, y todos los del podio se llevaron un trofeo muy chulo… o, al menos, diferente: una escoba personalizada con el nombre de la carrera.

Pasé un rato muy a gusto y volví a disfrutar de una carrera. Si queréis vivir una experiencia diferente —por ser nocturna, con un ambiente genial y muy cuidada, con velas, antorchas, bengalas…—, primero hay que estar atentos a la apertura de inscripciones y, después, solo queda disfrutarla al máximo.

viernes, 14 de noviembre de 2025

CRÓNICA CAMPEONATO NAVARRO RELEVOS MIXTOS CAMPO A TRAVÉS "DESDE EL MICRO"

Siempre es un verdadero placer encontrar personas que valoran el trabajo que uno realiza en cada evento al que acudo como dinamizador, locutor o speaker. El pasado domingo, 9 de noviembre, salí más que contento por los comentarios que, allí mismo, in situ, varias personas del público se acercaron a darme: enhorabuenas y agradecimientos por una mañana tan agradable.

Gracias también a toda la gente que colaboró con la animación. Yo solo no podía, y me ayudaron padres, madres, abuelos, abuelas, primos, primas, amigos, amigas, entrenadores, entrenadoras y, por supuesto, los propios niños y niñas que participaron.

Desde el club organizador, C.D. Cantera, y desde el Ayuntamiento de Cascante ya me conocen por la prestación de servicios en otros eventos, como la Subida al Romero del mes de mayo o la Carrera del Encierro de agosto. Así que ellos ya saben cómo trabajo y, de hecho, era la primera vez que para este evento contaban con un speaker oficial. En otras ocasiones —como suele hacerse y aún se hace en muchos sitios— se recurría a alguien del propio club para ejercer las funciones de informador.

La jornada pintaba muy bien: Campeonato Navarro de Relevos Mixtos de Campo a Través y jornada de Juegos Deportivos de Navarra de Relevos Mixtos. Las pruebas infantiles eran no competitivas, es decir, sin premiación; y la prueba absoluta, todo un Campeonato Navarro, contaba con 5 equipos optando al título y otros 4 equipos más compitiendo también por ser los más rápidos de la mañana.



La jornada empezó a las 10:00 de la mañana con la categoría Sub-14, pero desde mucho antes ya se notaba un ambientazo en las Instalaciones Deportivas de Cascante. Había muchísima gente entre la pista de atletismo y el campo anexo de tierra. Cada equipo había montado su carpa personalizada y, por todas partes, se veía gente calentando, moviéndose de un lado a otro, con ganas de que aquello empezara.

El comité de árbitros tenía todo controlado. Hubo un pequeño retraso en uno de los autobuses, pero se ajustaron rápido y bien los horarios de las carreras para que todos pudieran disfrutar de sus pruebas. Teníamos el OK por todas partes. Los primeros relevistas estaban en la línea de salida, en el campo anexo de tierra, y el resto se encontraban más cerca de mi posición, en la pista de atletismo, esperando su turno en la zona de transición, donde debían pasarse un “testigo”, que en este caso era un coletero de goma, para poder salir a cubrir su parte de la carrera.

Ya me había tocado una jornada parecida en Larrabide y guardaba un gran recuerdo, sobre todo porque en este tipo de carreras se producen muchas alternancias en la cabeza y, además, si se crean grandes huecos, por nuestra zona siempre hay movimiento y pasos. Así que no había respiro en ninguna de las carreras. En todas teníamos algo que contar, algo que preguntar o a alguien a quien animar.




Desde las 11 de la mañana vivimos dos carreras de categoría Sub-14, una de Sub-16 y otra de Sub-18, donde las distancias eran de 4 x 890 metros aproximadamente, recorriendo los alrededores de las instalaciones. Fue a las 12 del mediodía cuando la prueba absoluta, el Campeonato Navarro de Relevos Mixtos de Campo a Través, debía pasar a la acción.

Les hice una presentación como se merecen: equipo por equipo, persona por persona, al mismo tiempo que se daba la salida al primer relevo. Por delante, 1.540 metros de pura velocidad por el campo anexo de tierra y caminos cercanos a la pista de atletismo. En el tartán ya se encontraban los segundos relevistas, y aquí tocaba dejar las bromas y los saludos para más tarde, para darles su espacio y su concentración.

Grupo Empleo Pamplona Atlético, Hiru Herri, Atletismo Ardoi, Valdizarbe-Gana y Ruizca Ribera Atlético fueron los clubes representados. Hiru Herri participó con tres equipos y Grupo Empleo Pamplona Atlético con dos; el resto, con uno. Eso sí, al campeonato solo podía optar un equipo por club, y en este caso los presentados como “Equipo A”.

De los más experimentados y experimentadas, del nivelazo top de Navarra, pasamos a uno de los momentos más bonitos y emotivos de la jornada: la categoría Sub-10 con un par de pruebas, los más chiquitines, muchos de ellos debutantes esta temporada en atletismo y debutantes también por primera vez en una prueba de relevos. Se pueden imaginar los nervios que había al colocarse en su puesto para hacer el relevo, incluso siendo el cuarto relevista de su equipo… faltaban ojos y manos para controlarlos a todos, pero, con la ayuda de entrenadores y jueces, esta categoría se resolvió de maravilla. Gracias también a toda esa afición que llenó la valla de la pista para animar, aplaudir y hacer la ola en varias ocasiones. 



Para el final quedó la categoría Sub-12, con un par de pruebas también. Nos dio pena que se acabara, ya que la mañana, con el solecito, había sido espectacular; el paisaje, con el Moncayo de fondo nevado, acompañaba, y el olor a brasas —que luego me confirmaron que habían vendido todo el pan— era como para empezar de nuevo. Pero claro, la gente quería ir a sus casas a descansar, porque ya pasaban de las 2 de la tarde, y aunque lo habíamos pasado estupendamente, a la organización y a mí todavía nos quedaba recoger todo aquello.

No hubo tiempo para más. Solo para despedirnos de la familia de Cascante, cuadrar las fechas de sus eventos para 2026, darles la enhorabuena por la bonita jornada y agradecerles la confianza.



jueves, 13 de noviembre de 2025

CRÓNICA TRAIL ARRÓNIZ "DESDE EL MICRO"

Pudo ser, perfectamente, la carrera con más nivel y más posibilidades de victoria en categoría masculina —y en su distancia larga— que me haya tocado locutar hasta ahora. Desde el inicio, el nivel en la línea de salida era espectacular: pocos corredores navarros de primer nivel faltaban, y además se habían sumado varios atletas vascos y riojanos.

La VIII edición del Arroniz Trail nos dejó una carrera emocionante, que además coincidía con el Campeonato Navarro de Clubes, organizado por la Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada.

Un año más —y ya van cinco— he tenido la suerte de estar como locutor en este gran evento deportivo. En su octava edición, celebrada el pasado sábado 8 de noviembre, el Arroniz Trail alcanzó su récord de participación, superando los 400 corredores entre sus dos pruebas.


La ya clásica distancia de 23 kilómetros con 1.300 metros de desnivel positivo presentó este año algunos pequeños cambios en el recorrido, incluyendo el espectacular paso por las antenas de Montejurra. Además, se mantuvo la versión más corta y rápida, de 10 kilómetros y 250 metros de desnivel positivo, ideal para quienes buscaban un desafío más explosivo.

Como ya comentamos, el nivel de los participantes masculinos, especialmente en la distancia larga, válida para el Campeonato de Clubes, era espectacular. Sabía que sería algo importante y digno de destacar, porque meterse en el top 20 iba a estar carísimo.

Llegué pronto a Arróniz, como suelo hacer. Enseguida aparecieron Javi, María, Arantxa, Sergio, Iratxe… y todos los voluntarios y voluntarias que estaban por allí, empezando a preparar los últimos detalles. Y eso que gran parte del vallado, el arco metálico, la entrega de dorsales y demás ya lo tenían montado desde el día anterior.

Los primeros corredores y corredoras comenzaron a llegar a la zona para recoger la bolsa del corredor, y también aparecieron las primeras caras conocidas. Al echar un vistazo a la bolsa, se podía ver que contenía, entre otras cosas, productos locales como pastas Molinero, conservas Iturri, productos ecológicos Ékolo y un soft flask personalizado… todo un lujo de regalos para los participantes.


La mañana nos amenazaba con lluvia. El cielo estaba encapotado y surgían dudas sobre si llovería o no a lo largo de la jornada. Algo cayó, pero muy poquito, justo lo suficiente para mantenerme un buen rato entrando y saliendo de mi carpa, buscando la mejor posición para que no se me mojaran todos los papeles.

Otro de los cambios que se introdujeron en la edición 2025 fue la salida conjunta de ambas distancias. Os podéis imaginar lo bonito que fue dar la salida a casi 400 personas (porque seguro que a última hora hubo alguna baja) desde el Polideportivo de Arróniz.



Tras la salida, tuve un pequeño parón. Aproveché para dar una vuelta por el polideportivo, echar un vistazo a un par de stands de ropa deportiva y saludar a las voluntarias que ya estaban preparando las tostadas de aceite —¿de dónde si no, más que de Arróniz?—, con su chuletita de jamón encima y sus pimientos. El mejor "recovery" que uno puede tener tras una bonita carrera en Arróniz. Eso te recupera al 100%.

La prueba corta no se iba a alargar mucho, y así, en 40 minutos, teníamos al primer clasificado en la línea de meta. Con un minuto de ventaja, Oier Etxeberría se llevó la victoria.

En categoría femenina, una dubitativa Nerea Haro se llevó el triunfo, y es que el día anterior tenía dudas sobre si correr o no. Como le dije en meta: “Más vale que me has hecho caso y has corrido”. Jajaja. ¡Enhorabuena a los dos por la victoria!

Finalmente, 169 participantes cruzaron la meta, con un tiempo total de 1h26 para completar la prueba. Genial. Muchas historias que contar, muchas anécdotas, todo ello mezclado con lo que estaba ocurriendo en el recorrido largo, que prometía ser muy interesante.

Asier Labairu lideraba la carrera, pero a apenas 30-40 segundos, un grupo perseguidor de 5-7 corredores no le perdía la pista. La emoción estaba asegurada. Más aún cuando había representación de varios clubes en esos puesto cabeceros y en meta se iba a computar el tiempo de los tres primeros de cada equipo.

En la categoría femenina, la situación parecía mucho más clara. Virginia Quelca, aunque no es el terreno que más entrena, lideraba la prueba desde el principio, con Maribel Jaillita, toda una corredora todoterreno, persiguiéndola a más de un minuto.

Desde la organización me avisaron de que el primer participante ya estaba cerca de meta. Aproximadamente dos horas era lo que se esperaba que marcara en la llegada.

La aparición de Beñat Albisu nos sorprendió a los espectadores, no por su nivel —que está claro que es altísimo—, sino por cómo tuvo que vivir “desde dentro” esos últimos kilómetros finales. Muy corribles, sí, pero exigentes para dar primero caza a Asier y después jugársela con el resto de participantes.

En meta se abrieron muchos más huecos entre los participantes que en la primera parte del recorrido, y os puedo asegurar que el nivel en esta prueba fue altísimo.

La victoria femenina se mantuvo con Virginia Quelca a la cabeza, demostrando que sabe defenderse también en pruebas más largas y técnicas, como la de Arróniz.

- CLASIFICACIÓN VIII TRAIL ARRÓNIZ 2025



Sobre las 12:30 cambié de ubicación y nos metimos dentro del polideportivo para realizar la entrega de premios. Todavía faltaba gente por llegar, pero son muchas las carreras que organizan así la premiación, pensando también en quienes terminan pronto la carrera.

Se entregaron premios en ambas distancias, con trofeos personalizados, aceite de la localidad, txapela y premio económico para los vencedores de cada distancia, tanto en categoría femenina como masculina y premio para el primer local.

El Campeonato Navarro de Clubes dejó como campeones al equipo A 4 X KILÓMETRO y como campeonas a HIRU HERRI.

A continuación, y con la presencia de representantes de la Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada, entregué los premios de los diferentes campeonatos navarros realizados a lo largo de toda la temporada: kilómetro vertical, ultras, Copa Navarra…

Llegaba el momento de despedir el evento con una gran foto de familia de los voluntarios y voluntarias. La sorpresa se la llevó Arantxa, a quien sus propios compañeros de organización le entregaron un pequeño detalle por su implicación y esfuerzo en el evento.

Una vez finalizado todo el evento y con la organización recogiendo, tocó por fin probar las tostadas de Arróniz que tanto había visto pasar de lado a lado. Claro, cuando estoy con el micrófono, a veces no toca, así que por fin eché al cuerpo un par de tostadas y un pintxo de tortilla, mientras charlaba con algún corredor y corredora que todavía quedaban por allí, además de los compañeros que ese día también trabajaban en el Trail Arróniz: fotógrafos como Carlos o Unai, o David y Julen de Kraken, que nos dejaron fotos chulísimas y un vídeo espectacular. Y así nos despedimos, hasta la siguiente ocasión, que seguro será muy pronto.

Puse punto y final tomándome un café en el bar del polideportivo, rematando la mañana antes de ir a mi pueblo a disfrutar por la tarde de las fiestas del Salvador, que siempre coinciden con el Arróniz Trail, pero organizándome, consigo llegar a casi todo.

Familia de Arróniz Trail, un verdadero placer nuevamente, y ahora a pensar en la próxima edición. ¡Enhorabuena! ¡Zorionak!




lunes, 10 de noviembre de 2025

CRÓNICA TROFEO ABERIN MUNIAIN. COPA OTOÑO XCO "DESDE EL MICRO"

El pasado domingo, 2 de noviembre, me tocó cambiar de disciplina para locutar. Una disciplina que, a decir verdad, no me resulta desconocida, porque ya en alguna otra ocasión me ha tocado dinamizar eventos de XCO. Sin embargo, cuesta un poco más reconocer y conocer a los participantes, ya que, además de ir a una velocidad rapidísima, los vemos tan cubiertos con las gafas, el casco y los maillots, que no estamos tan acostumbrados. Aun así, pude disfrutarlo muchísimo.

En Aberin, Muniáin de la Solana, se celebró la XXXI Edición del Trofeo Aberin-Muniáin. En este caso, fue la séptima y penúltima prueba de la Copa de Otoño XCO, así que me tocó estudiar —y mucho— a los participantes que habitualmente compiten en este tipo de pruebas.

El formato XCO (Cross Country Olímpico) es una modalidad competitiva en la que los ciclistas completan vueltas a un circuito, ya sea artificial o natural. Así pues, locutar este tipo de pruebas resulta muy entretenido y dinámico, porque los corredores pasan continuamente por nuestra zona. Sin embargo, también requiere mucha concentración, ya que constantemente están sucediendo cosas y se mezclan diferentes categorías en la misma carrera.




La mañana comenzó con las escuelas: primero la categoría Promesas y después Principiantes. Me desplacé unos 100 metros para ver estas pruebas, ya que se desarrollaron un poco más lejos de donde teníamos nuestro puesto, y pude disfrutar de la gran habilidad que demuestran los más peques sobre la bici, especialmente en la última bajada que les llevaba a meta. ¡Algunos nos hicieron llevarnos un buen susto con lo mucho que apuraban!

Las categorías alevín e infantil realizaron sus salidas en la zona del ayuntamiento y del frontón, así que pudimos locutarlas desde nuestra posición. Lo más vistoso estaba, sin duda, en la parte del monte, pero no nos vamos a quejar del lugar tan privilegiado que tenemos los fines de semana.




A las 12:00 llegó el plato fuerte: la salida de la prueba absoluta. Como ya hemos comentado, en esta se mezclan varias categorías, que salen por tandas cada dos minutos. Según la categoría, los corredores deben completar un número diferente de vueltas. En esta ocasión, los amigos y conocidos que se acercaban a saludar tuvieron que disculparme, porque, a diferencia de otros eventos, aquí en cada vuelta ocurría algo interesante y no podía perder detalle.

Cadetes masculino y femenino, júnior, élite, sub-23, máster 30, máster 40 y máster 50, todos mezclados, pasando vuelta tras vuelta. Por suerte, con la ayuda de los jueces y de algún que otro aficionado, pudimos narrar todo lo posible.

Una vez finalizada la parte deportiva, esperamos a que el comité de jueces publicara la clasificación definitiva del Trofeo Aberin-Muniáin, así como las clasificaciones generales del Open de Otoño XCO. De esta forma, pudieron colocar los maillots de líderes a aquellos deportistas que, tras las siete pruebas disputadas, encabezaban la clasificación general por puntos de cada una de las categorías.



Agradezco personalmente a Sergio por la confianza para contar conmigo en este evento y por todo el trato y la información recibida. También al comité de jueces, con quienes ya he coincidido en otras ocasiones y que me facilitan muchísimo la labor como speaker.

Deportistas de la BTT, nos vemos en próximas ocasiones, cuando la ocasión lo requiera.




jueves, 6 de noviembre de 2025

CRÓNICA HARO WINE TRAIL "DESDE EL MICRO"

Volví a Haro para una de las pruebas en las que tuve el gran honor de participar en su estreno en 2023, durante la primera edición. Aún recuerdo aquella primera conversación con Alba en otro evento, y las ganas e ilusión con las que me habló de la idea que estaban preparando. Aquellas charlas dieron fruto, y allí estuvimos en su debut.

Por cosas del calendario y algunos cambios de fecha, el año pasado no pude cuadrar para estar acompañando a esta magnífica organización. Sin embargo, para esta tercera cita, conseguí ajustar agendas y volver a disfrutar juntos de la experiencia.

Fue el pasado sábado, 1 de noviembre, cuando se celebró la III Edición de la Haro Wine Trail. Lo repetí hasta la saciedad: esto no era solo un evento, era una experiencia. Y es que organizar tres días repletos de actividades en torno a la carrera dice mucho del trabajo y la ambición del Club de Montaña Toloño, el Ayuntamiento de Haro, el Ayuntamiento de Villalba de Rioja, el club Haro Tryners, y de los muchos patrocinadores y colaboradores que hacen posible esta prueba.

La experiencia de la Haro Wine Trail comenzó el viernes por la tarde con la celebración de la Hallo Wine Trail, una carrera sencilla y solidaria a beneficio de Asprodema Rioja, la Asociación Promotora de Personas con Discapacidad Intelectual Adultas.

El sábado por la mañana tuvo lugar la carrera principal, con tres distancias. En esa misma jornada se celebraron también las pruebas infantiles, donde los peques pudieron diseñar su propio dorsal, además de disfrutar de los hinchables.

Durante la carrera, en la zona de meta se ofreció una degustación de panceta, y ya por la tarde la fiesta continuó con cata de vinos, la charanga Wesykes y Zeus Ochoa DJ.

El domingo puso el broche final con el Tour Jarrero y el Mercadillo Haromas, completando así un fin de semana lleno de deporte, solidaridad y buen ambiente.


Llegué a Haro sobre las siete de la mañana, justo cuando más llovía. Una pena que, después de tantos meses de preparación, la lluvia hiciera su aparición. Pero como frente a eso poco o nada se puede hacer, intenté darle la vuelta a la tortilla y animar a todas las personas que ya estaban por allí a esas horas. ¡Y venga, al lío! Que teníamos por delante una bonita mañana llena de energía y ganas.

Dejé preparada parte de la megafonía, ya que en esta carrera la salida y la meta no se encuentran en el mismo lugar. Tocaba repartir altavoces y dejarlo todo listo para que, cuando llegara de dar la salida, todo estuviese preparado en la Plaza de la Paza de Haro. Una vez lo tuve todo controlado, me desplacé unos cinco kilómetros hasta la localidad vecina de Villalba de Rioja, donde debía dar las salidas.

Una localidad, la de Villalba de Rioja, con apenas 170 habitantes según el INE en 2024, pero que ese día se puso en el mapa con más de 700 participantes con dorsal y muchas otras personas que, sin duda, estuvieron pendientes de la carrera.

Villalba de Rioja tomó el relevo de San Felices, un lugar precioso que acogió la salida de las dos primeras ediciones, pero mucho más complejo logísticamente para la organización a la hora de preparar el inicio de la prueba.

Antes de las nueve, cuando empecé con la animación, ya me había tomado un café en un bar cercano a la salida y había charlado con varios conocidos y conocidas. La mayoría de las personas que se encontraban por allí a esas horas iban a tomar la salida a las 9:30, para enfrentarse a los 26 kilómetros y 1.050 metros de desnivel positivo de la prueba denominada “Reserva”.

Más tarde, a las 9:50, di la salida a la marcha, una prueba de 15 kilómetros y 450 metros de desnivel positivo, denominada “Tempranillo”. Y ya, la última de las salidas, que lancé a las 10:30, fue la del “Crianza”, con sus 17 kilómetros y 600 metros de desnivel positivo.





Las salidas estuvieron llenas de ambiente. Os podéis imaginar lo que es dar la salida a 200 personas en las dos primeras pruebas y a 300 en la última. Desde la organización lo tenían claro: querían repetir una arenga motivacional para terminar de “enchufar” a los y las participantes y que salieran a tope.

Una vez con todo el mundo en el monte, que no se si a la conquista de Haro Wine Trail o a la búsqueda del vino de los avituallamientos o el almuerzo riojano a mitad de camino, a mí me tocaba correr de nuevo hacia la meta, ya que no había mucho tiempo material. Por eso, muy agradecido a todas las personas que me ayudaron a recoger rápidamente todo lo que habíamos montado para la salida.

Ya ubicado en la zona de meta, y con las tres pruebas recorriendo las sendas y caminos de los montes Obarenes, tocaba dar inicio a las pruebas infantiles y esperar las noticias de la organización, que informaban de que los primeros clasificados se encontraban ya cercanos a la meta

Fueron unas dos horas y quince minutos aproximadamente de llegadas a meta. ¡Una locura total y diversión a tope! Había muchísimo que narrar, contar y comunicar.

Además de la carrera en sí, la Haro Wine Trail forma parte del circuito de carreras por montaña La Rioja Mountain Race, un circuito que une 12 localidades riojanas en una atractiva liga y tres copas: invierno, primavera y otoño. Pues bien, la prueba de Haro fue el final de la Copa de Otoño y, además, el colofón de toda la liga.

A todo esto hay que sumarle las muchas anécdotas, historias, retos personales, debuts y un sinfín de sueños cumplidos que hubo que contar. Así que, como os podéis imaginar, estuve de lo más entretenido.







Durante las llegadas, como ya hemos comentado, hubo degustación de panceta, varios sorteos entre los participantes y actividades para los más peques, que pudieron pintar mochilas a su gusto. Además, la zona de meta contaba con varios stands informativos de diferentes patrocinadores y colaboradores, que dieron aún más vida al ambiente.

Entregamos los premios, tanto de la carrera como de la Copa de Otoño, y despedimos el evento con una gran foto de familia junto al grupo de organizadores y voluntarios. Después, nos marchamos a comer, como no podía ser de otra manera, con esta gran familia.

Nos esperaban unos deliciosos caparrones y albóndigas, preparados con todo el cariño por más voluntarios, por y para ellos. Hubo también postre, café y, cómo no, más sorteos, donde tuve la suerte de que me tocase algo.


En algún momento había que poner punto y final al día. Estaba muy a gusto, y todavía quedaban más actos por disfrutar. Me emocionó Daniel con unas bonitas palabras y, antes de marcharme, recogí una gran bolsa del corredor —que, quienes participasteis, ya sabéis lo completa que era: camiseta, vino, queso, fruta, bebida, yogur, barrita, avena, caldo…—.

Tras una foto final y un agradecimiento sincero a la organización, tuve que despedirme y dejarles allí, continuando con su gran fiesta de la Haro Wine Trail.





martes, 4 de noviembre de 2025

CRÓNICA PEÑA ROYA TRAIL CAPARROSO "DESDE EL MICRO"

¡Viva el trail en la Ribera! No puedo olvidarme de esta frase de un caparrosaino que sabe bien lo que es ganar varias pruebas de ultra a nivel nacional y proclamarse campeón de la Copa de España de Ultras allá por 2015. Así que, cada vez que voy a Caparroso y toca Peña Roya Trail, me viene él a la cabeza. “El Flaco”, le llaman, por si os suena… ¡jajaja!

Pues eso, que tocó visitar Caparroso y su Trail Peña Roya el pasado domingo, 26 de octubre, en su décima edición. Además, fue el Campeonato Navarro Individual de Trail, impulsado por la Federación Navarra de Atletismo, aunque con muy poquita participación en este apartado. En el evento general no faltó ambiente, ya que fueron más de 250 personas las que se animaron a ponerse un dorsal, ya fuera en la carrera no competitiva de 3 kilómetros, en el recorrido de 8 km o en el de 17 km, que se podía realizar tanto corriendo como en marcha.

Un trail, el de Caparroso, que año tras año sigue adelante y que ya cuenta con diez ediciones. Han cambiado el recorrido, las distancias, la fecha… absolutamente todo, y aun así ahí se mantiene, edición tras edición, como una de las citas destacadas del calendario de carreras populares de Navarra. Con una buena bolsa del corredor, premios económicos, grandes sorteos después de la carrera y, además, este año como novedad, una comida de hermanamiento para participantes y familiares, que pude disfrutar tras el evento.

Tan temprano aparecí el domingo por Caparroso, que el propio organizador me preguntó si había cambiado la hora del reloj... ¡jajaja! Pues sí, sí que la había cambiado, pero como ya me conozco esto, prefiero llegar con tiempo al evento. Y si luego sobra un rato para echar un cafetico o algo antes de empezar a locutar, mucho mejor.



A las 9:30 salió la marcha, con unas 100 personas dispuestas a recorrer los 17 kilómetros y superar los 440 metros de desnivel positivo, realizando el mismo trazado que la prueba de carrera. La salida tuvo lugar en la plaza de Caparroso, para subir en el primer kilómetro hasta la zona del Cristo, por la cuesta de las Cruces. A continuación, una segunda subida dejando a la derecha las antenas de Peña Roya, y después, un tramo de camino rural entre campos y viñedos hasta llegar a los Acantilados del Aragón: un paseo a orillas del río Aragón, con toda la peña a la derecha.

En el kilómetro 10,5 esperaba una subida potente: un canal entre dos montes conocido como la “Cuesta de las Calaveras”, donde, por cierto, estaban bien colocadicas.

Después de esa subida, el recorrido continuaba con una aproximación hasta las antenas de Peña Roya, para descender primero por un sembrado, campo a través, y luego por una senda preciosa —la de los pastores—, con vistas a todo el paisaje bardenero. Tras perder todo el desnivel, tocaba volver a subir hasta la zona del Cristo, aunque esta vez por un sendero más recto y vertical, antes de bajar al pueblo y entrar en meta por la zona de la Cabrería.

Esta descripción, además de a Jose Mari, quien me ayudó en esta carrera a tener mucha información, se lo debo a Cristina, quien me acompañó hace un par de semanas a realizar el recorrido en uno de mis entrenamientos. 


A las 10:10 disfruté, y mucho, con las carreras infantiles. Pruebas no competitivas en las que todos los peques se llevaron su medalla finisher, un bonito detalle de la organización, pero sin pódiums ni más premios. Pasamos un buen rato allí, como previa a la salida conjunta que di a las 11:00 de la mañana, tanto para el recorrido largo como para el corto y la prueba no competitiva, que subían al Cristo y bajaban por la zona del río.


Esa prueba no competitiva contó con bastante participación, así que no tuvimos mucho tiempo de espera, ya que esos tres kilómetros se completaron muy rápido. Dos chavalines —uno local y otro de Cascante— nos dejaron un bonito recuerdo al entrar juntos en meta, de la mano.

Casi sin darnos cuenta, me avisaron de que el primer corredor de la prueba corta ya estaba bajando por la Cabrería. Quedaba menos de un kilómetro para meta, así que tocaba empezar a calentar para recibir a los participantes. Andoni Acevedo, vencedor en las dos últimas ediciones, repitió triunfo. Lo mismo hizo Guratz Azpiroz, revalidando la victoria conseguida en 2024.

Al igual que me pasó con la carrera corta, mientras estaba en meta con las llegadas, entrevistas y animación, me avisaron de que el primero de la larga ya estaba bajando del Cristo hacia la Cabrería. Así que tocaba darle otro puntito más de energía para recibir al campeón de esta décima edición. En este caso, la victoria fue para Eduardo Esteban, y en categoría femenina repitió triunfo Claudia Iturbide.

Por otro lado, también estaba en juego el Campeonato Navarro Individual de Trail, impulsado por la Federación Navarra de Atletismo, donde —sin quitar ningún mérito a los ganadores, que tienen un gran nivel— Aitor Etxeberría y Virginia Quelca, la participación de atletas federados fue muy escasa.




        


La entrega de premios, al igual que el año anterior, se realizó en el interior de un camión de uno de los muchos patrocinadores y colaboradores con los que cuenta esta prueba. Pocas veces nos toca dar premios en un escenario tan bonito y tan grande como el de un tráiler enorme.




Para ir poniendo punto y final a la jornada, solo faltaba sortear varios premios entre los participantes que aún se encontraban en la zona de la plaza. Y, para rematar la mañana, en la sociedad disfrutamos de una espectacular paella, donde compartí mesa con varios voluntarios y voluntarias. El buen ambiente, el buen rollo, las anécdotas de la jornada y las nuevas ideas para el año que viene salieron a relucir en ese mismo instante.




Agradezco personalmente a Jose Mari toda la confianza depositada en mí para este evento. Y, como suelo compartir mis imágenes personales de los eventos a los que acudo en mi página de Facebook, quiero dar las gracias a Jose Miguel Elizondo y a Elena Galindo por el pedazo de book que me ha quedado de recuerdo del Peña Roya Trail 2025, así como si ha habido algún otro fotógrafo o fotógrafa que estuvo sacando fotos para la organización. ¡Gracias!