La carrera fue organizada por el Ayuntamiento de Carcastillo y el Club Cicloturista Carcastillo. Con ellos nos une una buena relación desde hace ya tres años, cuando participamos como speaker en el Memorial Eduardo Escobar. El año pasado, además, estuvimos presentes en la presentación de una nueva prueba de BTT en Navarra.
Como el año pasado, nuestra persona de confianza para tener toda la información del evento fue Jesús, alguien que, al igual que yo, fue recibido con los brazos abiertos por su pueblo de adopción, Peralta. A mí, de Falces; y a él, de Carcastillo.
Muchas de las zonas por las que pasó esta carrera compartían recorrido con el trail que se celebra en la misma localidad en el mes de febrero. Por eso sabíamos por dónde iba la carrera, qué senderos estaban haciendo y podíamos intuir lo divertida, pero también lo dura que se les podía hacer la prueba.
A primera hora de la mañana ya estábamos en El Cruce preparando todo nuestro material para trabajar en el evento. Como todo se repetía exactamente igual que el año pasado y lo teníamos muy claro, montamos nuestro stand rápidamente, pusimos algo de música —suave, para no molestar— ya que todavía no eran ni las ocho de la mañana, y aprovechamos para tomarnos un cafetico rápido antes de empezar a hablar sin parar durante toda la jornada.
Esperamos a que el reloj marcara las 8:30 de la mañana para comenzar con la previa del evento y empezar a conocer a los distintos participantes que ya iban llegando a la zona de salida y meta. Eso sí, aquí todo el mundo buscaba un rayito de sol para no pasar frío en la sombra.
Los participantes ya habían retirado su completa bolsa del corredor y, en el mejor de los casos, también los premios de los sorteos que colaboradores y patrocinadores habían donado para la ocasión. Estos premios se entregaban al recoger la bolsa, que se hacía en el polideportivo, por lo que nosotros no los veíamos directamente. Sin embargo, sí contábamos con el listado de premios, que además de ser buenos, eran bastantes.
La salida se dio a las 9:00 de la mañana, de forma conjunta para los dos recorridos, con más de 130 personas que querían disfrutar de la zona de Larrate. Una vez lanzada la carrera, tuvimos un rato de descanso hasta la llegada de los primeros participantes, momento en el que aprovechamos para tomarnos un pintxo en uno de los bares cercanos a la salida.
El tiempo en meta ya superaba el que marcó el biker más rápido el año pasado, pero intuíamos que no iba a estar muy lejos de aquella referencia. Así que estábamos expectantes por ver aparecer la moto que abría carrera, seguida del ciclista más rápido de la mañana en la distancia corta.
Fueron tres horas de llegadas a meta, desde que Eloy Navarro cruzó como ganador del recorrido corto hasta que lo hizo el último ciclista de la mañana. Entre medias, vimos levantar los brazos a Fuensanta Romanos como la mujer más rápida en la distancia corta, a Joanes Gárriz como vencedor del recorrido largo y a Laura Kalberg como campeona femenina de esa misma distancia.
A las 13:30, tal y como indicaba la organización en el reglamento, entregamos los premios a los más rápidos de la jornada en ambas distancias, así como a los ciclistas locales más destacados.
Poco más que contaros de otra gran mañana deportiva, rodeado de grandes personas que lo dan todo por su carrera. Una de las frases que más se repitió en meta fue lo impresionante que era ver tanta gente y tantos voluntarios por todos los rincones.
Personalmente, agradezco de corazón a quienes estuvieron conmigo en la zona de salida/meta y me han aportado numerosas fotos y vídeos. Os dejo la foto de familia, en la que casi seguro falta alguien que todavía estaría trabajando por y para la carrera.
Muchas gracias, una vez más, familia.
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