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Jose Miguel Elizondo |
Una carrera —ésta, la de Olite— que está marcada en el calendario de muchos participantes como el “inicio” de la segunda parte de la temporada. Ya estamos en octubre; ha pasado ese mes de transición, septiembre, que entre fiestas y fiesticas del verano —y ese “ponte ahí, estate quieta”— no terminamos de centrarnos con los entrenamientos y los objetivos.
De oca a oca y tiro porque me toca… o, mejor dicho, de carrera en carrera, vamos a pasarlo bien, a divertirnos y a aportar nuestro granito de arena al evento. Así nos presentamos en Olite la tarde del sábado, viajando desde la localidad vecina de Santacara, donde por la mañana habíamos estado locutando la Santacara Gladius Race, una carrera de obstáculos que reunió a más de 350 personas.
Con eso de haber repetido varias ediciones y tratándose de una carrera que cambia poco —o casi nada—, en cuanto llegamos a la Plaza de los Teobaldos empezamos a montar nuestro puesto de locución para ir adelantando trabajo. No tardaron en aparecer los amigos del grupo Corredores Populares de Olite y, entre todos, fuimos dando forma a la plaza: colocando vallas, arco, megafonía, etc.
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Jose Miguel Elizondo |
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Jose Miguel Elizondo |
A las 17:30 comenzamos con las carreras infantiles. Este año me sorprendió —o, por lo menos, me pareció— que hubo mucha más participación en estas categorías que en ediciones anteriores. Estas pruebas se desarrollan alrededor del Museo del Vino, lo que genera un ambiente magnífico en la plaza, ya que, al dar varias vueltas según la categoría, se puede ver —y, en mi caso, narrar— prácticamente toda la carrera.
Al finalizar las pruebas, y con la inestimable ayuda de los compañeros del CAD Tafalla, que siempre colaboran con el club vecino, ya teníamos las clasificaciones preparadas y nos dirigimos a la zona del pódium para entregar los premios a los txikis. Es algo ya habitual en esta prueba realizar la entrega de trofeos de las categorías infantiles antes de la prueba absoluta.
Miramos el reloj y vimos que teníamos el tiempo justo y necesario para hacer la previa de la carrera absoluta: dar las últimas informaciones, saludar a amigos, compañeros y gente nueva, y desearles a todos y todas una gran carrera. Algunos, más tardanillos, pasaron con la bolsa del corredor, que aprovechamos para echar un vistazo. Contenía vino, camiseta, caramelos de El Caserío y descuentos en bodegas y en Barquillos El Capotico. Muy completa, ¡claro que sí!
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Jose Miguel Elizondo |
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Jose Miguel Elizondo |
Teníamos ya en la línea de salida a más de 100 participantes, dispuestos a enfrentarse al mismo recorrido de ediciones anteriores. La salida transcurría por el casco antiguo de Olite, recorriendo varias calles y arcos medievales; luego, el cruce por el paso peatonal bajo las vías del tren para adentrarse en un tramo de caminos rurales, y el regreso por el mismo paso peatonal. La entrada se hacía por el Portal del Fenero y, subiendo la cuesta de Santa María, se llegaba de nuevo a la zona del Museo del Vino. Cinco kilómetros de lo más entretenidos.
Una carrera rápida de por sí, pero si además le sumamos el alto nivel de los participantes, se convierte en todavía más veloz. En un abrir y cerrar de ojos, y en apenas 16’31’’, Youseff Chelh cruzó la meta, seguido de una bonita entrada de la mano de Alberto Azparren y Héctor Iturria, quienes durante los primeros kilómetros sí que se dieron cera junto con algún otro corredor.
En categoría femenina, María Ángeles Suescun se llevó la victoria, por delante de Virginia Quellca y Nuria Elio.
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Jose Miguel Elizondo |
No dejamos de animar en ningún momento, y es que, con cuentagotas, iban entrando poco a poco todos los corredores hasta que cerró el escoba la carrera. Durante ese tiempo, un sinfín de sonrisas: entradas en familia, con compañeros de equipo, con amigos… ¡maravilloso! Todo quedó inmortalizado, además de por la Asociación Fotoberri, que siempre echa una mano con las fotografías, por una pareja a la que aprecio mucho por la cantidad de buenos momentos que me inmortalizan personalmente y que, en muchas carreras, a vosotros y vosotras también os dejan bonitos recuerdos y casi nunca aparecen ellos en las fotos: Jose Miguel Elizondo y Josetxo Imbuluzqueta.
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Josetxo Imbuluzqueta |
Las clasificaciones en esta carrera son rápidas y sencillas. Contamos con la ayuda de la Federación Navarra de Atletismo, así que en un momento ya tenía los tres primeros absolutos, tanto masculinos como femeninos, así como lo curioso —y que siempre destaco en esta prueba—: la clasificación por edad.
El pódium veteranos no se determina por el tiempo empleado, sino por la cantidad de años que se tiene el día de la prueba: a mayor edad, más alto se sube al cajón. Así ocurre para tres hombres y tres mujeres.
Justo antes de realizar este reconocimiento a los más rápidos de la tarde y a los más veteranos, repartimos una buena cantidad de sorteos, como vales de descuento, zapatilleros y camisetas, tanto de la carrera 2025 como del club Corredores Populares de Olite.
No quedaba tiempo para más. Despedimos el evento hasta el año que viene. Nos fuimos despidiendo de la gente que ya se marchaba o que iba a tomarse un trago, aprovechando que hacía muy buena tarde-noche. Nosotros, ya sin ninguna prisa, fuimos recogiendo todo.
Digo sin ninguna prisa por dos motivos: primero, porque llega un momento en que ya no me apetece ir rápido; mi día había arrancado a las 6:00 de la mañana, eran cerca de las 20:00 y no habíamos parado en todo el día. Y segundo, porque, como viene siendo habitual, ese día toca quedarse a cenar con los amigos y amigas de Corredores Populares de Olite, a quienes agradezco enormemente la invitación, que acepto gustosamente para compartir un buen rato de tertulia y gastronomía, creando grupo, creando familia, y aprovechando para realizar los primeros feedback de la prueba, así como para establecer la fecha de la edición de 2026.
Así que, una vez más, encantadísimo con la acogida y encantadísimo de poder vivir este gran evento deportivo “desde el micro”.
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